“La libertad es nuestra vida”
Una gran película, recién estrenada en Chile, relata la historia épica y no contada de la Guerra Cristera y la lucha de la nación mexicana por la libertad religiosa.
Por: Equipo DF
Publicado: Viernes 26 de octubre de 2012 a las 05:00 hrs.
Por David Naglieri
El actor Andy García monta un caballo negro entre acres de matorrales bajo un cielo azul en Durango, México. Da vida a Enrique Gorostieta Velarde, un general mexicano maduro, ante una batalla crucial. El general está en proceso de inspeccionar sus tropas, un ejército a caballo, vestido con sombreros y con cartucheras cruzadas sobre el torso.
“Hoy enviamos un mensaje a Calles y al mundo”, dice. “La libertad no es una palabra solo para escritores, políticos o documentos elegantes. Es nuestras esposas, es nuestros hijos, es nuestro hogar, es nuestra fe, es nuestra vida. Debemos defenderla o morir en el intento, no solo es nuestro deber, ¡es nuestro derecho! Recuerden: ¡Los hombres pueden disparar balas, pero Dios decide dónde van a parar. ¡Viva Cristo Rey!” La batalla que van a enfrentar será una de las muchas durante la Guerra Cristera, un conflicto que duró de 1926 a 1929. Esta era de la historia mexicana, a menudo olvidada, es capturada en una nueva película que incluye a un conjunto de actores talentosos y ganadores de premios. Cristiada revela una era en que los cristianos mexicanos, en la búsqueda de la libertad religiosa, tuvieron que escoger entre su fe y su vida.
“Para llegar al público”
Cristiada es el proyecto original del productor mexicano Pablo José Barroso, un exitoso empresario que empezó produciendo una serie de películas basadas en la fe tras un poderoso redescubrimiento de su propia fe. Para impulsar el llamado a una nueva evangelización del Beato Juan Pablo II, Dos Corazones Films, la compañía de Barroso, estrenó Guadalupe, una dramática narración de la historia de San Juan Diego, entre otros proyectos.
Pero hace aproximadamente cuatro años, Barroso empezó a soñar en grande. Vio la necesidad de reivindicar un periodo de la historia que para muchos de sus conciudadanos se ha perdido, una época en la que la infame “Ley Calles”, impuesta por el Presidente de México Plutarco Elías Calles en 1926, impuso restricciones draconianas a la Iglesia Católica. Para contar esta historia de manera adecuada, Barroso pensó en romper con las pequeñas películas que había producido y graduarse con una mayor producción con un elenco de primera.
“No quería que pareciera un peliculita mexicana”, dijo. “Quería que fuera como Corazón valiente, como Gladiador, que diera la vuelta al mundo y llegara al público”. Aparentemente, Barroso logró su objetivo. Cristiada es la película con mayor presupuesto en la historia de México. Pero no fue la generosidad económica de la película -estimada en
US$ 25 millones- lo que le permitió atraer talentos como García, Peter O’Toole y Eva Longoria. Dean Wright, nominado a los premios de la Academia por su producción de efectos visuales en películas tan representativas como Titanic, El señor de los anillos y la serie de Crónicas de Narnia, se apresuró a firmar para hacer su primera presentación como director después de quedar impresionado por el guión. Y no fue el único que encontró la historia convincente. “Sencillamente detonó”, recordó Wright al describir la apasionada respuesta a los llamados de los actores. “La gente nos perseguía: ‘Quiero que vea a esta persona. Queremos a esta persona’”.
Sin embargo, cuando llegó el momento de elegir al actor para el personaje del General Gorostieta, solo quedó un nombre: García, el actor nacido en Cuba. “Para Gorostieta, hay solo un puñado de actores que creo que podía representar bien el papel”, dijo Wright.
Como Gorostieta, García captura la ambición y el fuerte carisma de un líder militar retirado que abandona a su esposa y su familia para encabezar el ejército cristero. Gorostieta ayuda a transformar una banda desorganizada de forajidos en una fuerza que gana victoria tras victoria, a pesar de que las fuerzas federales la superan en número. Y aunque de acuerdo a la película al principio es escéptico a la religión, lo impulsa su creencia en la libertad religiosa. “El primer estímulo para mí como actor para formar parte de esta película, fue la noción de la búsqueda de la libertad absoluta”, dijo García. “Al provenir de un país donde la libertad religiosa también fue reprimida y abolida, fui muy sensible a esa realidad y esas luchas”.
Reivindicar la historia
Para los productores cinematográficos, el esfuerzo por dar vida a la oscura era de los años de la Cristiada fue en gran medida motivado por el silencio que la rodea. A medida que se desarrolla la historia, la audiencia es testigo de las diversas formas en que los católicos comprometidos respondieron ante sus dificultades. Algunos, como el Beato José Anacleto González Flores -a quien a veces llaman el “Gandhi mexicano”- favorecieron la desobediencia civil. Otros, como el Padre José Reyes Vega y Victoriano Ramírez, conocido como “El Catorce”, recurrieron a la resistencia armada, iniciando una rebelión popular de católicos mexicanos de donde se originó el término “Cristiada”.
La historia de la Guerra de los Cristeros sigue siendo desconocida en gran medida, incluso para los mexicanos. Eduardo Verástegui, quien representa a González Flores en la película, experimentó el silencio de primera mano. “Cuando crecí en México no sabía nada acerca de la Cristiada”, dijo. “Asistí a la escuela pública y nunca escuché nada al respecto, hasta que tuve 30 años de edad y tuve conocimiento de la lucha por la libertad religiosa en un retiro”. Asimismo, Wright, descubrió un contraste radical entre los que sabían acerca de la Guerra Cristera y los que no mientras viajaba por México durante la fase de preproducción de la película.
En las ciudades, le preguntaba a la gente, ¿Sabe acerca de la Guerra de los Cristeros? Y respondían, “¿Qué es eso?” Pero en los pequeños pueblos y ciudades, la gente mantiene vivos a los mártires mexicanos y a los héroes cristeros por medio de una ferviente devoción.
“Iba a una iglesia y…había un pequeño altar para el sacerdote que defendió a su rebaño y lo mataron por ello”, explico Wright. “Fue realmente conmovedor ver cuán importante era en todo el país y también el olvido en el que cayó”. Wright y Barroso también pensaron crear una descripción precisa de la violencia que se llevó a cabo contra los católicos mexicanos. Aunque nunca es de manera gratuita, la película presenta a sacerdotes siendo ejecutados, iglesias saqueadas y creyentes masacrados. Una de las escenas más escalofriantes se refiere a la ejecución de San José María Robles Hurtado, un mártir sacerdote y Caballero de Colón que bendijo y perdonó a sus asesinos frente a la muerte.
Pero el principal hilo conductor de la película está constituido por los viajes del General Gorostieta y Joselito, un niño cuya inquebrantable fe lo lleva a unirse a los Cristeros en su lucha por la libertad religiosa. Sus historias entrelazadas revelan el impacto de una “fe infantil” en un aguerrido hombre militar. Basándose en la vida del Beato José Sánchez del Río, Joselito es representado con notable autenticidad por el actor principiante Mauricio Kuri, quien protagoniza sus propias escenas tanto con García como con O’Toole.
El papel de Joselito también fue una de las últimas decisiones de selección de actor, pero de acuerdo con Wright, puede haber sido la mejor. “Creo que para mí, fue realmente importante tener a alguien con esa increíble exuberancia y espíritu juveniles”, dijo Wright. “Pero Kuri también tenía una profunda fe; no tuvo que fingir nada. Era muy importante pues Jose es el alma de la película”.
“No es otra película de Hollywood”
Samuel Goldwyn, el legendario productor cinematográfico, dijo una vez sarcásticamente, “Las películas son para entretenerse; los mensajes deben enviarse por telegrama”. A lo largo de los anos se han producido películas que han probado que estaba en un error, tanto llenando los cines como conmoviendo el alma. Cristiada puede agregarse a esta eminente lista de películas que trascienden el entretenimiento.
Para Barroso, la sangre, el sudor y las lagrimas que implica la experiencia de hacer una película valen la pena si Cristiada ayuda a revelar quienes somos y que es importante en nuestra vida, tejiendo una historia que fue enterrada durante décadas de miedo y negación.
“Para mí, es más que algo que sucedió hace 80 años”, dijo Barroso.
“Es realmente el fundamento no solo de México, sino que creo que también de todo el continente. No sé qué habría sucedido si este valiente pueblo no hubiera defendido sus creencias”. Aunque la película versa sobre sucesos históricos específicos, los productores creen que su mensaje acerca de la libertad religiosa es universal.
“Vivimos en una época en la que la libertad religiosa es mas débil que nunca”, dijo Wright. “Ya sea en Estados Unidos, Medio Oriente o Asia, la gente se está levantando para decir, no pueden hacer esto. Tengo el derecho de decir lo que quiera, de creer lo que quiera y de practicar esta fe”.
Mientras tanto, Barroso considera que la respuesta positiva que ha recibido es una encantadora validación de sus creencias centrales. “Creo que buscaba un grupo de personas que realmente creyeran en lo que intentaba mostrar al mundo”, dijo. “Esta no es solo otra película de Hollywood, es una película acerca de la importancia de defender lo que creemos, es un...viaje espiritual”.