La renta variable nipona volvió a contagiarse del
pesimismo que reina entre los consumidores japoneses, como lo reflejó la caída
a récords históricos del índice de confianza. A la espera ya de la reunión del
Banco de Japón de la próxima semana, el índice Nikkei cedió hoy otro 0,21%,
encadenando su quinta semana de bajadas.
La Bolsa de Tokio partía con la difícil misión de evitar el
saldo negativo en la semana, y un nuevo acelerón en las subidas del precio del
petróleo acabó por imposibilitar esta reacción. Al cierre de la jornada, el
índice Nikkei concluyó en los 13.039,69 puntos, con un 0,21% de retroceso, y un
1,5% de bajada en el acumulado de las cinco últimas sesiones.
La mejora experimentada a última hora de ayer por Wall
Street no fue suficiente estímulo para los inversores de la Bolsa de Tokio. Los
nuevos síntomas de debilidad del dólar, presionado por los temores sobre el
sector financiero estadounidense, volvieron a avivar la inquietud por la
evolución del yen.
Donde está más que instalada la inquietud es en el ánimo de
los consumidores japoneses. El índice de confianza bajó hasta sus mínimos
históricos. Con este panorama, los analistas parecen dar por descontado que el
Banco de Japón optará, en la reunión de la próxima semana, por dejar los tipos
de interés sin cambio, en el 0,5%.
Los mayores descensos de la jornada en el índice Nikkei
correspondieron a inmobiliarias, minoristas y tecnológicas, junto a las
automovilísticas, presionadas tanto por el crudo como por el yen. Las acciones
de Nissan Motor bajaron un 2,91%, las de Suzuki superaron el 2% derecortes, y
las de un peso pesado como Toyota un 1,81%.