Los decepcionantes resultados que reportó esta semana Oracle, abrieron una nueva grieta entre el mercado y las acciones tecnológicas.
Si bien, las dudas sobre una "burbuja" bursátil en el sector se habían disipado luego que uno de los líderes de las "Siete Magníficas", Nvidia, superó ampliamente las expectativas de los analistas cuando entregó sus resultados en noviembre, el excesivo gasto de capital -de US$12.000 millones- de Oracle, puso en duda la capacidad de que estas empresas puedan sostener el ritmo de crecimiento de 2023 y 2024.
Por ello, actores del mercado anticipan que para 2026 los inversionistas serán más selectivos frente a compañías que, si bien en años anteriores brillaron en Wall Street, la competencia por invertir agresivamente en inteligencia artificial (IA) está presionando sus balances.
El operador de renta variable en Vector Capital, Jorge Tolosa, aseguró que "lo que más pesa no es el resultado en sí, sino el nivel de riesgo que el mercado está percibiendo en la estrategia de inversión de Oracle”.
Por su parte, la analista de mercados de XTB Latam, Emanuelle Santos, coincidió en que Oracle tensiona al sector. “El resultado actúa como un test de estrés para toda la narrativa de IA en Wall Street, expone el costo de sostener ese crecimiento vía un capex extremadamente agresivo, flujo de caja libre negativo y más deuda”.
Mayor exigencia
El consenso entre estrategas y bancos de inversión es que las firmas que mantengan niveles elevados de gasto sin visibilidad clara de retornos enfrentarán una evaluación más estricta.
Tras un ciclo marcado por valorizaciones históricas, los analistas coinciden en que 2026 estará definido por un mercado más selectivo y menos tolerante a balances frágiles.
Tolosa señaló que “el gran tema es la magnitud de la inversión que está absorbiendo la IA y cómo eso condiciona el desempeño del sector completo”.
Estimó que 2026 será un año donde la tecnología mantendrá su dinamismo, pero dentro de un mercado “menos paciente y más consciente del riesgo acumulado”.
Santos, proyectó un 2026 más disperso y volátil. Su escenario base contempla “subidas más moderadas, correcciones intermedias y fuerte selección”, con liderazgo concentrado en compañías de balances sólidos.
Y si bien sostuvo que “es razonable esperar que el índice pueda seguir bien soportado si la Fed mantiene un sesgo de recortes graduales”, advirtió que “el beta fácil” de comprar cualquier cosa ligada a IA ya pasó.