La Bolsa de Tokio se hundió 9,59% tras el 'rally' alcista anotado
por el yen al tocar máximos de 13 años frente al dólar y de 6 años frente al
euro. El Nikkei cerró en su nivel más bajo de los últimos cinco años y medio, y
cierra la semana con un descenso del 12% al ubicarse en los 7.649 puntos.
Con este resultado, el principal indicador de la Bolsa de
Tokio aumentó su saldo negativo en lo que va de año al 50%. Y es que no
lograron surtir efecto ni los esfuerzos del Banco de Japón (BOJ) de dar
cobertura a los créditos a corto plazo del sistema bancario, pues hoy inyectó
otros 600.000 millones de yenes (US$ 6.245 millones) en el mercado monetario,
ni el fondo de reserva de US$ 80.000 millones acordado por China, Japón y Corea
del Sur para proporcionar ayuda financiera a los países.
La evolución del selectivo nipón en esta última sesión de la
semana ha sido similar a la de una losa y ha estado fuertemente marcada por la
apreciación del yen. La divisa nipona ha disparado su cotización frente al
dólar marcando máximos de 13 años, desde 1995, hasta los 95,69 yenes tras una
descenso del 1,6% del billete verde. Asimismo, ha tocado su nivel más alto
frente a la divisa comunitaria, los 122,2 yenes, una cota que refleja un
descenso del 2,6% en la cotización del euro.
Corea
Pero el desplome que sufrió la Bolsa de Japón fue superado
por el Kospi de Corea del Sur, que se hundió un 11,2%. Las pérdidas se
aceleraron una vez conocido el 'profit warning' de Samsung. El gigante presentó
el mayor descenso de su beneficio de los tres últimos años, que estuvo
acompañado de una revisión a la baja de sus previsiones de beneficio, ya que no
prevé una mejora de la demanda de productos electrónicos antes de la segunda
mitad de 2009.
Los recortes también estuvieron presentes en el indicador
regional MSCI Asia-Pacific, que cedió un 5,6%, tocó cotas que no veía desde
hace cuatro años y encadenó su octava semana a la baja. El Hang Seng
de Hong Kong perdió un 7%, mientras que la Bolsa de Singapur cedió un 7,14%, y
Australia se dejó un 2,1%.
Estos desplomes de las bolsas se tradujeron en acusados
descensos en el mercado de materias primas. El crudo ligero para entrega en
diciembre se dejó 87 centavos por barril, hasta los 66,97 dólares.