El Gobierno socialista portugués anunció ayer que propondrá
al Parlamento, donde cuenta con mayoría absoluta, la nacionalización del Banco
Portugués de Negocios (BPN), un pequeño banco luso que acumula ya unas pérdidas
de cerca de 700 millones de euros. La entidad es propiedad de Sociedad Lusa de
Negocios, controlada por unos 500 accionistas, empresas medianas en su gran
mayoría, que no sobrepasan el 6,5% del capital cada una.
Además, el Gobierno luso inyectará 4.000 millones de euros
en el sistema bancario para reforzar la solidez de las instituciones
financieras.
En el caso de BPN, el ministro luso de Finanzas, Fernando
Teixeira dos Santos, informó que el Ejecutivo “se vio obligado” a proponer al
Parlamento su nacionalización, en un Consejo de Ministros extraordinario
celebrado ayer en Lisboa.
El gobernador del Banco de Portugal, Vítor Constancio,
aclaró que la “inevitable intervención” no está vinculada a la crisis
financiera global.
El ministro portugués aseguró que la decisión fue tomada con
el propósito de “garantizar a sus clientes que los depósitos están
perfectamente seguros”.
El ministro avanzó que a partir de hoy la gestión del BPN
será supervisada por dos administradores de la estatal Caixa Geral
de Depósitos (CGD), encargada además de presentar un nuevo “plan de desarrollo”
para BPN, que en 2007 obtuvo un resultado neto consolidado de 56,7 millones. El
ministro luso aclaró que de los 700 millones de euros de pérdidas, un total de
360 millones están asociados a operaciones puestas en marcha junto al Banco
Insular, con sede en la antigua colonia lusa de Cabo Verde, aunque no dio
pormenores de éstas.