Ambiciosos planes de expansión y un aumento en su producción han permitido que los bonos en dólares de Antofagasta Plc, la minera de cobre controlada por la familia más rica de Chile, hayan registrado los retornos más altos este año entre sus pares.
Este año, los bonos en dólares de Antofagasta han rentado en promedio 5,4%, casi el doble que rivales como Southern Copper Corp. y Freeport-McMoRan Inc., según datos de Bloomberg. Los títulos con vencimiento en 2034 ofrecen un rendimiento del 5,79%, por debajo del máximo del 6,26% alcanzado tras el inicio de la guerra comercial de Donald Trump a comienzos de abril.
En un sector que lucha por satisfacer la creciente demanda, mientras se agotan los yacimientos existentes, la cartera de proyectos de la minera chilena que cotiza en Londres es más sólida que la mayoría. Aprobó un importante programa de inversión en la minera Centinela y continúa destinando recursos a su mina insignia, Los Pelambres, donde ha mejorado la ley del mineral. La producción podría aumentar más del 25%, hasta alcanzar 850.000 toneladas en 2028, según Bloomberg Intelligence.
“Antofagasta se está beneficiando del aumento de los precios del cobre, así como de sus subproductos, en particular el oro y, en menor medida, el molibdeno”, sostiene Franck Bekaert, analista crediticio senior de Gimme Credit. “La empresa también está preparada para un crecimiento significativo gracias a los proyectos lanzados el año pasado, lo que le da una ventaja sobre sus competidores que enfrentan una caída en la producción”.
La minera, con sede en Santiago, declinó responder preguntas de Bloomberg.
Aumento de la producción
Antofagasta registró un aumento del 20% en la producción de cobre en el primer trimestre respecto al año anterior, mientras que Freeport, Glencore Plc y Anglo American Plc reportaron descensos. Analistas esperan que la empresa registre incrementos anuales en todos los metales que extrae, incluido el oro, actualmente en auge.
A esto se suma el impulso que podría recibir su proyecto de más de US$1.000 millones en Minnesota, estancado durante el gobierno de Joe Biden, pero que podría reactivarse gracias a la iniciativa del presidente Trump para fomentar la producción de minerales críticos en Estados Unidos. Sería un avance clave para una compañía que aún no logra diversificar su producción fuera de Chile.
“Si bien es un evento distante, resolver este tema sería un factor positivo para el caso de inversión de la empresa”, señaló César Pérez-Novoa, analista de BTG Pactual en Santiago.
Antofagasta también está bien posicionada para hacer frente a posibles aranceles que pudiera imponer el gobierno de Trump a las importaciones de cobre, dado que la mayor parte de su producción la exporta a China, Japón y Corea del Sur.
Todo esto ha contribuido a que sus bonos en dólares lideren en retornos entre pares globales del sector minero y se ubiquen entre los de mejor desempeño en deuda en moneda dura emitida por empresas chilenas. Los títulos con vencimiento en 2034 han rentado 6,71% en 2025, superados solo por tres compañías locales.
Los riesgos
Pero los planes de crecimiento de Antofagasta conllevan costos. Según Grant Sporre, de Bloomberg Intelligence, su intensidad de capital es mucho mayor que la de sus competidores, con el riesgo permanente de que sus proyectos excedan el presupuesto.
Las dudas sobre su capacidad para repartir dividendos generosos podrían explicar el pobre desempeño de sus acciones en el último año. Han caído un 14%, lo que contraste con la pérdida promedio del 2,5% en el grupo de empresas comparables. Aun así, las acciones han mostrado una mejora reciente y, con precios del cobre altos, el flujo de caja libre debería contener la deuda.
La deuda neta probablemente se mantendrá por debajo de la ganancia antes de partidas, a medida que el foco se traslada a los ratios de dividendos alineados con la rentabilidad, según Bekaert.
Las finanzas de Antofagasta se ven fortalecidas por US$4.300 millones en efectivo, una línea de crédito no utilizada por US$500 millones y un calendario de pagos favorable: su primer bono vence en 2030. Bekaert recomienda el bono de 6,25% con vencimiento en 2034 sobre el del 5,625% a 2032.
“Esto sigue pareciéndome interesante como inversionista”, concluyó.