SQM marcó un hito este jueves con el tercer bono híbrido que ha visto Chile, nueva deuda equivalente a US$ 430 millones que además marca su regreso a la renta fija local después de siete años.
La colocación fue anticipada la semana pasada con la inscripción de la línea de bonos en los registros de la Comisión para el Mercado Financiero, y las clasificaciones otorgadas por las agencias Fitch y Feller Rate (ambas pusieron nota "A+").
El productor de litio optó por el máximo disponible: UF 10 millones que finalmente se colocaron a una tasa de interés de 3,84%, muy por debajo de la tasa de inscripción de 4,4%. La operación se hizo bajo la modalidad de remate holandés, con la participación de Link Capital Partners, Itaú CB y BTG Pactual CB.
Es la primera vez desde 2018 que SQM coloca un bono en suelo nacional. Los fondos se destinarán principalmente a abordar el refinanciamiento de los próximos dos años, y también a dejar un poco de dinero en caja.
Los bonos híbridos fueron estrenados en Chile por Empresas CMPC en agosto de este año, y luego Arauco de Empresas Copec siguió en octubre el modelo. SQM lleva el formato más allá del mundo forestal-celulosa, aunque se mantiene en la categoría commodities.
Este jueves se logró un spread de 77 puntos base (pb) sobre la deuda sénior de la compañía, y de 152 pb sobre el bono análogo de Hacienda. Los diferenciales han disminuido en cada colocación desde que se abrió este mercado.
El bono de nemotécnico "BSOQU-S" tiene una fecha de prepago en 2032, que es cuando en general se espera que devuelva el capital prestado. Los bonos híbridos tienen la ventaja de ser considerados 50% patrimonio y 50% deuda a ojos de las clasificadoras.
SQM podría rechazar este prepago y enfrentar el vencimiento incluso hasta 2058, pero esto haría que el bono pase a ser considerado 100% deuda y se le apliquen ciertos ajustes al alza en los pagos de intereses según los tramos en los que se alargue, entre otras consecuencias.