En una jornada marcada por la volatilidad, los principales
indicadores de las bolsas estadounidenses culminaron la primera sesión de la
semana con fuertes bajas, las que sólo se materializaron hacia el final de la
jornada.
Si bien las bolsas deambularon por terreno negativo durante
gran parte del día, estas pérdidas se manifestaban en caídas del orden del 1%
las que prontamente se diluían dando paso a las ganancias. Ese irregular comportamiento
se observó durante toda la sesión, pero hacia el final apareció una corriente
vendedora que terminó por enterrar a los indicadores.
En ese contexto, el Dow Jones de industriales cerró con un
retroceso de 2,42% a 8.175 unidades, mientras que el S&P 500 anotó una caída
de 3,18% que lo arrastró hasta los 848,92 puntos.
El indicador Nasdaq cerró con un retroceso de 2,97% hasta
1.505 puntos.
De cualquier manera, la indecisión de Wall Street logró
anular las fuertes pérdidas que anotaban las bolsas de Europa antes de la
apertura del mayor mercado del mundo.
Entre los inversionistas sigue presente el temor a una recesión global. Sin embargo, durante esta jornada bursátil el dato de venta de
viviendas nuevas en Estados Unidos -mejor de lo esperado- logró contener parcialmente esas preocupaciones.