El Sistema Internacional de Vigilancia Agrícola (Vigiagro) del Aeropuerto Internacional de Guarulhos, en Sao Paulo, Brasil, identificó la presencia de una plaga cuarentenaria en un cargamento de cerezas frescas importadas desde Chile. El informe de análisis de laboratorio confirmó la presencia de la plaga Brevipalpus chilensis, conocida como el falso ácaro rojo chileno.
El equipo del Ministerio de Agricultura y Ganadería (Mapa) detectó el ácaro durante una inspección rutinaria realizada el día 6 de noviembre. Se recogieron muestras de la fruta para su análisis detallado en la sala de inspección. Tras la sospecha inicial, los ácaros se enviaron al laboratorio oficial de la red Mapa para su identificación.
El envío contenía 1.120 kilos de cerezas frescas. En los próximos días, las cerezas serán fumigadas en el aeropuerto como medida preventiva para reducir el riesgo de introducción y propagación de plagas, y posteriormente ibana ser destruidas, informó la unidad de comunicaciones del ministerio en su sitio oficial. Este procedimiento cumple con la legislación vigente y tiene como objetivo proteger la producción agrícola nacional de la ausencia de plagas que podrían causar daños económicos.
Brevipalpus chilensis se encuentra únicamente en Chile y Argentina (Provincia de Río Negro, en el norte de la Patagonia). El ácaro ataca a unas 40 plantas hospedantes, incluyendo árboles frutales, ornamentales y forestales. Los principales hospedantes son la uva, el limón, la naranja, el kiwi y la chirimoya (fruta originaria de los Andes, de la misma familia que la chirimoya), aunque también puede encontrarse en higos y caquis.
Según el Departamento de Sanidad Vegetal e Insumos Agrícolas del Ministerio de Agricultura y Embrapa, el cultivo de la vid presenta dos plagas cuarentenarias ausentes, consideradas prioritarias para Brasil, ya que representan un alto riesgo fitosanitario. Una de ellas es el ácaro rojo chileno; la otra, la polilla de la uva (Lobesia botrana), también conocida como polilla europea de la vid.
En Chile, Brevipalpus chilensis es responsable de pérdidas de hasta un 30% en viñedos, con mayor incidencia durante los meses más cálidos del año.