En Coronel, Región del Biobío, se inauguró la primera planta demostrativa semi-industrial de producción de biochar en Chile, una iniciativa que nace al alero de la Unidad de Desarrollo Tecnológico (UDT) de la Universidad de Concepción, con el apoyo de Corfo a través del Programa Tecnológico de Transformación Productiva ante el Cambio Climático y que promete convertir los residuos agropecuarios y plásticos agrícolas en insumos estratégicos para la agricultura y otras industrias.
El biochar, también conocido como biocarbón, es un material sólido, estable y poroso que se obtiene mediante pirólisis, un proceso que calienta biomasa bajo condiciones de bajo oxígeno, que le permite capturar el carbono almacenado en más de 100 años. “El Biochar es una de las soluciones más prometedoras para enfrentar los desafíos del cambio climático y la degradación de los suelos. Aporta resiliencia, eficiencia hídrica y captura de CO2, generando además nuevas oportunidades de negocio verde”, señaló Cristina Segura, directora del Programa Biochar-Chile.
El Programa Biochar-Chile, coejecutado por UDT, EST Ltda. y Química Hewstone, ha permitido escalar esta tecnología hasta una capacidad de procesamiento de 100 kg/hora de biomasa y plásticos agrícolas, lo que marca un salto desde la validación en laboratorio hasta una escala demostrativa cercana al nivel industrial (TRL 8). Este avance posiciona a la Región del Biobío como un polo de innovación climática, conectando ciencia, empresa y territorio en torno a la economía circular.
Gracias a esta innovación del Biobío, Chile podría desarrollar una industria verde exportadora y diversificar su economía regional. Hoy, los precios internacionales fluctuan entre US$ 150 y US$ 200 por tonelada de CO2 removida. Es por eso que Macarena Aljaro, directora de Programas y Consorcios Tecnológicos de Corfo, plantea que esta iniciativa “es una apuesta concreta por tecnologías que abordan los grandes desafíos de la crisis climática y avanzan hacia las metas de descarbonización a 2050. Desde regiones como Biobío, con capacidades científicas e industriales importantes, estamos construyendo soluciones con alcance nacional y global”.

Impacto en la agricultura local
El objetivo de masificar el uso del biocarbono ha llevado a aplicarlo a la siembra de agricultores de Santa Juana, donde se ejecutan pilotos en suelos frutales y hortícolas para medir efectos en fertilidad y rendimiento. “Estamos viendo en terreno cómo el biochar mejora la calidad de los suelos y reduce la necesidad de fertilización. Esto representa una oportunidad enorme para pequeños y medianos agricultores”, indicaron desde la UDT.
Milton Medina, es uno de los emprendedores agrícolas que han incorporado el biochar a sus cosechas. Parte de su plantación de frutillas están siendo cultivadas con este nuevo producto que se mezcla en la tierra con los demás abonos y fertilizantes, de muy simple su aplicación.
“Las primeras pruebas las implementamos en las frutillas. De las 700 (plantas) dejamos un lote de 50 para la aplicación de biochar”, comenta y agrega que si bien estarán listas para ser cosechadas en diciembre y aun no es posible evidenciar la calidad del fruto en color, sabor y tamaño, la planta que utiliza biocarbono en su mezcla, “tiene un verde más intenso y el crecimiento ha sido un poco mayor”.
Medina agrega que la incorporación de este producto “pasa a ser una mejora del suelo, porque va más allá de lo que podemos observar (...) Queremos ver como avanza a tres años y ahí definir si seguimos con las frutillas o cambiamos de fruto”.
Nuevos usos
Más allá del agro, el biochar abre posibilidades en arquitectura, construcción sostenible, tratamiento de aguas y fabricación de materiales biobasados. Según Carlos Durán, arquitecto paisajista y miembro del directorio de Fundación Chile, “incorporar biochar al sustrato de techos verdes multiplica su valor: captura CO2, retiene humedad y aporta nutrientes que prolongan la vida de las plantas”.
En el plano financiero, se perfila como un activo en los mercados de carbono, al ser una tecnología de remoción de CO2 verificable y de larga duración. Gonzalo Díaz, CEO de Sherpas, destacó que “puede generar ingresos mediante la venta de créditos de carbono certificados, lo que ayuda a financiar nuevas plantas e inversiones sostenibles”.
El lanzamiento de la planta Biochar-Chile en Coronel enfrenta el desafío de aumentar la producción, estandarizar procesos y certificar usos para distintos mercados, desde el agro hasta la construcción.