El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) ha encendidos sus alertas en la red portuaria nacional tras la detección de huevos de la polilla esponjosa (Lymantria dispar) en diversas embarcaciones de comercio internacional. Hallazgos recientes en los puertos de San Antonio y Chañaral han activado los protocolos de emergencia para blindar el patrimonio fitosanitario del país, un activo clave para la competitividad del sector exportador.
El incidente más reciente ocurrió el 30 de octubre en San Antonio, donde inspectores detectaron la plaga en la cubierta del buque "BBC Elisabeth", proveniente de Corea del Sur. Este caso se suma a una detección similar en septiembre en el puerto de Barquito (Chañaral) y otro evento en la bahía de Valparaíso. Estos hechos han evidenciado la creciente presión de ingreso de esta especie a través de la cadena logística marítima, sobre todo en naves que han desembarcado en zonas de riesgo en Asia.
Amenaza a la industria
La preocupación del SAG y del sector privado radica en el alto poder destructiva del insecto. Esta plaga, ausente en Chile, es un defoliador agresivo capaz de alimentarse de más de 500 especies de plantas, afectando tanto a la industria forestal como a la fruticultura.
Más allá del daño biológico, el impacto económico de un eventual establecimiento de la plaga sería severo. La presencia de esta polilla podría gatillar restricciones cuarentenarias inmediatas y el cierre de mercados, elevando los costos de producción por control de plagas y mermando la competitividad de las exportaciones nacionales.
Barreras de entrada y costos logísticos
Para mitigar el riesgo, el SAG exige que las naves provenientes de áreas de riesgo (principalmente el sudeste asiático) porten un Certificado Oficial que acredite que están libres de esta plaga. Ante un hallazgo positivo de la polilla, como el del buque "BBC Elisabeth", la nave queda retenida y se ordena un tratamiento fitosanitario y limpieza obligatoria a cargo de empresas autorizadas, costos que deben ser asumidos por la naviera, generando además retrasos en la operación logística en la entrega de cargamentos.
Estrategia preventiva en Biobío
En la región del Biobío, una región eminentemente forestal, las autoridades han desplegado un operativo preventivo robusto frente a la plaga. Aunque la dirección regional del SAG informó que en lo que va de 2025 no se ha detectado ejemplares en las 153 naves inspeccionadas (seis de riesgo alto), se ha reforzado la vigilancia.
El plan contempla la instalación de una red de 167 trampas de feromonas (Delta) en un radio de 7 kilómetros alrededor de los puertos de Coronel, San Vicente y Lirquén. Además, se han incluido puntos estratégicos de monitoreo como la Isla Quiriquina, en la bahía de Concepción, debido a que los vientos predominantes podrían arrastrar larvas hacia esa zona desde los buques fondeados en la isla.
Las autoridades advierten que, dada la atracción de las polillas hembras por las luces de los buques para dejar sus huevos, la vigilancia debe ser estricta no solo en la carga, sino en la superestructura de las naves, consolidando al SAG como la primera barrera sanitaria en la frontera marítima.