Con los inversionistas ansiosos por conocer el nombre del próximo presidente de la Reserva Federal (Fed), en reemplazo de Jerome Powell, todo indica que el relevo intensificará todavía más el proceso de bajas de los tipos de interés en Estados Unidos, que desde septiembre de 2024 ya han descendido en un 1,5%.
Quizá con la excepción de Japón, los bancos centrales de muchos otros países también van a seguir relajando la política monetaria, para estimular las economías en un entorno de inflación no demasiado elevada.
Bank of America calcula que en 2026 se producirán 78 rebajas de tipos de interés en el mundo. La Fed lo hará en tres ocasiones por un total de 75 puntos básicos, el Banco Central Europeo (BCE) en 25 puntos básicos y el Banco de China en 20.
Se trata de una cifra de ajustes menor que las de 2024 y 2025 (164 y 155 recortes en el mundo, respectivamente), pero alarga una clara línea descendente que permitirá sostener las bolsas en sus altas valoraciones actuales.
Según BofA, el descenso del precio del dinero, junto a una expectativa de aumento de los beneficios empresariales, hará que el índice bursátil global MSCI ACWI suba otro 8% en 2026. El retorno será menor en Estados Unidos que en otras regiones, ya que esa entidad vislumbra un S&P 500 a 7.100 puntos, solo un 4% por encima de su nivel actual.
Históricamente, Deutsche Bank señala que un escenario de bajadas de tipos con una economía en suave crecimiento (sin recesión) ha sido "un gran contexto" para la Bolsa, como sucedió con la Fed en los años sesenta y ochenta. El riesgo principal es "una reaparición de la inflación, que obligaría a endurecer la política monetaria".
Si esto no sucede y llegan las 78 rebajas de tipos, BofA apunta también al atractivo de otros activos como los bonos de Estados Unidos a medio plazo (el coste de la deuda a 5 años podría caer por debajo del 3%) y el oro, que podría llegar a US$ 4.500 por onza. Por el contrario, el dólar puede depreciarse otro 5%. El banco predice que el euro llegue a los US$ 1,22. 