Vuelven las barricadas revolucionarias a Egipto
La Plaza Tahrir en El Cairo está de nuevo abarrotada de manifestantes. ¿Se viene abajo la revolución?
Por: Equipo DF
Publicado: Martes 12 de julio de 2011 a las 05:00 hrs.
Los egipcios regresaron a la Plaza Tahrir el 8 de julio en la mayor manifestación desde la renuncia del ex presidente Hosni Mubarak. Llegaron a expresar su decepción por la ausencia de progresos tangibles desde la revolución, con muchos profesando haber perdido la fe en el liderazgo militar del país. Grupos de jóvenes han amenazado con organizar una huelga general y protagonizar actos de desobediencia civil si no se cumplen sus demandas. Tal agitación amenaza con descarrilar el proceso de transición y puede dar motivos al consejo militar gobernante para retrasar las elecciones, que deberían realizarse en septiembre. Su impacto en la economía ya debilitada de Egipto podría ser pronunciado.
Han pasado cinco meses desde el colapso del régimen de Mubarak, pero los egipcios sienten que tienen poco que mostrar a cambio. En el corazón de los últimos disturbios, que comenzaron a fines de junio, está la demanda de justicia para los muertos durante la revolución. Incidentes recientes, incluyendo choques entre policías y las familias de las víctimas en el Cairo y la libertad bajo fianza de policías acusados de matar manifestantes en Suez, son vistos como señales de que no mucho ha cambiado. La lentitud en los juicios a los miembros del antiguo régimen también ha molestado a los egipcios.
En respuesta a las últimas protestas, durante un discurso televisado el 9 de julio, el primer ministro, Essam Sharaf, prometió que se suspendería a todos los policías implicados y que los tribunales van a acelerar los procesos. Además, dijo que establecería un mecanismo permanente de diálogo nacional y pidió al ministro de Solidaridad Social que estableciera un comité para hacer frente a las demandas de mayor justicia social. Pero muchos egipcios han desestimado las promesas de Sharaf como demasiado poco y demasiado tarde, y varios aspirantes presidenciales se han hecho eco de esta opinión: Mohammed ElBaradei, Amr Moussa, Abdel Moneim Aboul Fotouh, Hamdein Sabahy y Ayman Nour han instado al consejo del Ejército para que responda de manera más eficaz a las demandas de la revolución.
Punto por punto
Desde la revolución, el movimiento opositor ha luchado por presentar un frente unido y articular un conjunto coherente de demandas. Ahora, varios grupos políticos han elaborado una lista clara de requerimientos, aunque todavía amplia. Estos incluyen llamados a los dirigentes del país para que definan las competencias del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas respecto de las del gobierno; que se permita al primer ministro destituir y nombrar a nuevos ministros y gobernadores; que el gabinete sea depurado de ministros asociados con el antiguo régimen; y la destitución del ministro del Interior. Además, los manifestantes han exigido que todos los policías acusados de matar manifestantes durante la revolución sean despedidos inmediatamente y pidieron la destitución de la fiscal, así como el juicio público del ex presidente Hosni Mubarak y miembros de su régimen.
Reorganización
En una reunión de emergencia con líderes juveniles el 10 de julio, Sharaf prometió reorganizar su gabinete completamente antes del 17 de julio y reemplazar a los gobernadores para el 25 de julio o renunciar, de acuerdo al diario egipcio Al Ahram. Otra reorganización no parece tener mucho sentido. El gabinete actual debe permanecer en el poder sólo hasta después de las elecciones que se realizarían en septiembre y ha admitido que no tiene un mandato popular. Es difícil ver lo que podría lograr otro cambio de personal en esta etapa.
Mientras tanto, no ha habido respuesta a los últimos acontecimientos del consejo del ejército. Esto es algo extraño para un cuerpo que ha emitido 66 comunicados al público desde el 17 de febrero, y su silencio sólo ha alimentado aún más la cólera pública.
Tiempo de elecciones
Para las elecciones faltan dos meses como máximo, según garantías del gobierno y el consejo militar de que se realizarán en septiembre. Pero los egipcios han quedado en el limbo. La dirección del país aún debe anunciar una fecha firme para la votación, aunque ha emitido una ley electoral revisada, que en general ha sido mal recibida. Sin un calendario electoral confirmado, los partidarios de aplazar la votación se sentirán envalentonados y pueden intensificar su campaña. Mientras tanto, aquellos en contra de un retraso, principalmente partidos islamistas nacientes, se pondrán cada vez más ansiosos. Este estado de incertidumbre, agravado por el silencio del consejo del ejército sobre el tema, hará poco por lograr una mayor estabilidad política. Los activistas piden ahora una huelga general y otra protesta de "un millón de personas" el 12 de julio.