Barack Obama juró ayer como el primer presidente afroamericano de EE.UU.
En su discurso, presenciado por más de dos millones de personas, apeló a restaurar el liderazgo de EE.UU. a nivel internacional.
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Barack Obama asumió ayer como el 44º presidente en la historia de
Estados Unidos, prometiendo restaurar el liderazgo de la nación en el
escenario internacional y llamando a los estadounidenses a asumir la
responsabilidad de reconstruir juntos la vacilante economía.
“Nuestro
tiempo de quedarnos sin hacer nada, de proteger intereses limitados y
aplazar decisiones desagradables, ese tiempo con seguridad ya pasó”,
dijo Obama en su discurso inaugural, después de jurar como presidente
sobre la misma Biblia que utilizó Abraham Lincoln en su discurso
inaugural en 1861, y que sostuvo su esposa, Michelle Obama.
“Los
desafíos que enfrentamos son reales, son serios y son muchos. No se
resolverán fácilmente en un tiempo corto. Pero sepan esto,
estadounidenses, serán resueltos”, dijo ante más de dos millones de
personas que desafiaron el frío para presenciar en directo la ceremonia
frente al Capitolio, en Washington.
En su discurso, el
mandatario describió la gran cantidad de desafíos que afronta en su
mandato, en particular la crisis económica, “fruto de la codicia y la
irresponsabilidad de algunos”, pero también del “fracaso colectivo a la
hora de tomar decisiones difíciles”. “Comenzando hoy, debemos
levantarnos, quitarnos el polvo y empezar de nuevo a reconstruir
Estados Unidos”, agregó Obama, el primer afroamericano en asumir el
liderazgo de la principal potencia del mundo.
El nuevo
presidente también destacó las guerras en Irak y Afganistán y usó un
lenguaje fuerte al comprometerse a confrontar el terrorismo, la
proliferación nuclear y otras amenazas externas, diciendo a los
enemigos de ese país, “no pueden sobrevivir a nosotros, y los vamos a
desafiar”, recalcó. Al mismo tiempo, ofreció al mundo musulmán “un
nuevo camino hacia delante, basado en el respeto mutuo”, dijo. Obama
también mostró un claro quiebre respecto de algunas de las políticas de
la administración Bush. “Rechazamos como falsa la opción entre nuestra
seguridad y nuestros ideales”, dijo, agregando que Estados Unidos está
“listo para liderar una vez más”.
El nuevo presidente reconoció
que algunos se muestran escépticos respecto de su capacidad para
cumplir las expectativas de muchos de mover a la nación hacia una nueva
dirección. “Lo que los cínicos no logran entender es que la tierra se
ha movido debajo de ellos, que los argumentos políticos pasados que nos
han consumido por tanto tiempo ya no se aplican”, dijo Obama. “Lo que
nos preguntamos hoy no es si nuestro gobierno es muy grande o muy
pequeño, sino si funciona o no, si ayuda a las familias a encontrar
empleos con un salario decente, salud que pueden pagar y una jubilación
digna”.
Tras su discurso, Obama ingresó al Capitolio y firmó los
documentos de la nominación de los miembros del gabinete que escogió en
las semanas que siguieron a su victoria en las elecciones de noviembre.
Celebración en Kenia e Indonesia
Más de 3 mil kenianos y turistas extranjeros se reunieron ayer en
Kogelo, la aldea donde nació el padre de Barack Obama, para celebrar la
investidura del primer presidente afroamericano de Estados Unidos.
A
través de una pantalla gigante, ubicada en las afueras de la escuela de
Kogelo, la gente pudo disfrutar de la transmisión en vivo de la
ceremonia de cambio de mando. La aldea, ubicada en el oeste de Kenia,
lleva cuatro días celebrando la llegada de Obama al poder.
Pero
no sólo en Kogelo hubo manifestaciones de alegría. En la capital del
país africano, Nairobi, se presentó anoche una comedia musical sobre la
vida de Obama, mientras en las discotecas se organizaron fiestas para
celebrar la investidura.
En Yakarta, la capital de Indonesia,
alumnos de la escuela donde estudió Obama cuatro años cuando vivió en
la nación asiática, vistieron los trajes tradicionales que representan
la diversidad étnica del país. Sus antiguos compañeros de curso se
reunieron para presenciar la ceremonia en la escuela básica número 1 de
Mengeng.
Fiestas similares se celebraron en el pueblo irlandés
de Moneygall (de donde proviene un antepasado del presidente), y en el
pueblo japonés de Obama, donde bailaron hula hula.