Benedicto XVI reaparece en público ovacionado y pide apoyo tras su decisión de renunciar

“Continuad rezando por mí, por la Iglesia y por el futuro Papa”, dijo al comienzo de su audiencia general. Más tarde, fue aclamado por la multitud en su última misa pública, la del Miércoles de Ceniza.

Por: | Publicado: Jueves 14 de febrero de 2013 a las 05:00 hrs.
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“Continuad rezando por mí, por la Iglesia y por el futuro Papa”, dijo ayer Benedicto XVI en sus palabras al comienzo de su audiencia general semanal en el Vaticano, en su primera aparición pública desde que el lunes anunciara inesperadamente que dejaría el cargo el 28 de febrero. Visiblemente conmovido, el Pontífice expresó a los feligreses de todo el mundo que confiaba en que su sorpresiva renuncia al cargo, la primera de un pontífice en siglos, no dañe a la Iglesia.

Mientras, el Vaticano anunció que el cónclave en el que se elegirá a su sucesor comenzaría en algún momento entre el 15 y el 20 de marzo, manteniendo las normas eclesiásticas sobre los tiempos de tales reuniones en estos casos.

La de ayer fue la primera vez que Benedicto XVI, de 85 años, pronunció las palabras “futuro Papa” en público. El Pontífice cambiará el esplendor del Palacio Apostólico, del siglo XVI, por una sobria residencia moderna en un monasterio dentro de los terrenos vaticanos.

Los responsables de la Iglesia siguen tan impactados por la decisión que los expertos vaticanos tienen aún que decidir cuál será su título y si continuará llevando el hábito blanco de Papa, el rojo de cardenal o el negro de sacerdote ordinario.

Su voz sonó con fuerza durante la audiencia, pero claramente estaba conmovido y sus ojos parecieron humedecerse ante un aplauso ensordecedor en la moderna y gran sala de audiencias del Vaticano, repleta con más de 8.000 personas.

Por la tarde tuvo otra ocasión para emocionarse, cuando una multitud congregada en la Basílica de San Pedro del Vaticano le brindó una estruendosa ovación en su última misa pública, la del Miércoles de Ceniza, que iba a tener lugar en una iglesia pequeña pero que se trasladó a la basílica para que pudiera acudir más gente. (Ver recuadro)


Examen de conciencia


Ayer en la mañana, en unas breves palabras en italiano similares a las que leyó en latín ante los estupefactos cardenales el lunes, Benedicto XVI pareció querer calmar el temor hacia lo desconocido de los católicos. Su mensaje fue que Dios continuaría guiando a la Iglesia.

“Tomé esta decisión en plena libertad por el bien de la Iglesia tras rezar durante mucho tiempo y examinar mi conciencia ante Dios”, dijo. Añadió que conocía bien “la gravedad” de tal decisión, pero también que ya no tenía la fuerza necesaria para dirigir una Iglesia con 1.200 millones de fieles.

Benedicto XVI dijo que se apoyaba en el hecho de que “la Iglesia pertenece a Cristo, que nunca dejará de guiarla y de cuidarla”, y sugirió que los fieles deberían sentirse reconfortados por eso.

Añadió que “sentía casi físicamente” el afecto y bondad que había recibido desde que anunció su decisión. Cuando Benedicto XVI comunicó su renuncia el lunes, el portavoz del Vaticano dijo que el Pontífice no temía que fuera a darse un cisma en la Iglesia. Unos 115 cardenales de menos de 80 años podrán optar a entrar en un cónclave secreto que designará a su sucesor.

El portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, anunció en una conferencia de prensa que el cónclave en unos 15 ó 20 días después de que el pontificado quede vacante el 28 de febrero.

Cardenales de todo el mundo han comenzado ya consultas informales por teléfono y correo electrónico para construir el perfil del hombre que creen que sería el más adecuado para dirigir la Iglesia.

La posibilidad de que el próximo papa sea un hombre más joven y quizás no italiano va en aumento, particularmente por los muchos contratiempos causados por los principales ayudantes de Benedicto XVI, de nacionalidad italiana.

Lombardi instó a los fieles a seguir confiando en la Iglesia y en su futuro. “Quienes puedan sentirse algo desorientados o sorprendidos por esto, o tengan dificultades para entender la decisión del Santo Padre deberían echar un vistazo al contexto de la fe y a la certeza de que Cristo apoyará a su Iglesia”, dijo Lombardi.

El portavoz del Vaticano indicó también que en sus últimos días en el cargo, Benedicto XVI recibiría a los cardenales en una reunión de despedida y tras el 28 de febrero, su anillo, usado para sellar documentos oficiales, será destruido como si hubiera muerto. (Reuters)

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