Londres / San Diego
Oracle se ha convertido en el último gran ganador de la millonaria apuesta de Wall Street por la inteligencia artificial (IA), al menos por ahora.
El cofundador Larry Ellison y la directora ejecutiva, Safra Catz, revelaron esta semana en su informe de resultados que la cartera de contratos de Oracle para suministrar potencia de cálculo a empresas de IA se había disparado a US$ 455 mil millones, desde solo US$ 138 mil millones hace tres meses. La magnitud del avance sorprendió a Wall Street, lo que hizo que las acciones de la compañía subieran 36% hasta alcanzar un máximo histórico el miércoles, y situó brevemente a Ellison por delante de Elon Musk como el hombre más rico del mundo.
“La IA está transformando fundamentalmente a Oracle y al resto de la industria informática, aunque no todos comprenden plenamente la magnitud del ‘tsunami’ que se avecina”, dijo Ellison a los inversionistas.
“Los inversionistas pensaban que (en Oracle) se habían perdido la nube y que, por tanto, también quedarían fuera de la IA (...) Nunca vi un punto de inflexión tan grande”, dijo Brent Thill de Jefferies.
Con el auge de la IA generativa, Ellison, de 81 años, y Catz han aprovechado la oportunidad para posicionar a Oracle como contendiente frente a gigantes del sector como Amazon y Microsoft, en la carrera por adjudicarse contratos de centros de datos a gran escala.
Su éxito al surfear esta ola de IA ahora depende de si logra entregar el hardware prometido, y de si sus clientes finalmente tendrán la capacidad de pagarlo.
Superando el desacierto con la nube
Fundada a fines de la década de 1970, y conocida originalmente por vender software de bases de datos empresariales, Oracle se ha recuperado de su lento arranque en el mercado de computación en la nube, el que ha evolucionado hacia una infraestructura para IA.
“Lo interesante de esta historia es que eran considerados los villanos, y los inversionistas pensaban que se habían perdido la nube y que, por tanto, también quedarían fuera de la IA”, dijo Brent Thill, analista de Jefferies. “Nunca ha habido un punto de inflexión tan grande”.
Un exejecutivo de Oracle comentó que tanto Catz como Ellison fueron reacios a invertir en la nube y fueron lentos en reconocer la amenaza que representaba Amazon Web Services (AWS) cuando comenzó a ofrecer servicios de bases de datos en la nube a mediados de los 2000, golpeando el negocio principal de Oracle. “Larry fue de los primeros en descartar la nube, y ahora intenta reinventarse como el sabio que anunció la era de la IA”, dijo el exejecutivo.
Un gran inversionista de Oracle señaló que Oracle ha entrado en una “segunda etapa” en los últimos años, con un enfoque en contratar veteranos de Amazon, Google y Microsoft para fortalecer su experiencia en centros de datos y competir por grandes contratos.
A pesar de haber lanzado su negocio de nube una década después que AWS, Oracle ha optado por alquilar servidores y otros equipos dedicados a clientes individuales, una estrategia que ha sido bien recibida por empresas que desarrollan modelos de IA propios que procesan enormes volúmenes de datos.
La firma también ha ofrecido precios más bajos que sus grandes rivales en la nube. Ha capitalizado las limitaciones de capacidad que enfrentan empresas como Microsoft, que han debido rechazar contratos importantes y recurrir a proveedores especializados en cálculo para IA, como CoreWeave, para satisfacer la demanda.
La llegada de contratos
El primer acuerdo de OpenAI con Oracle se concretó el año pasado, en un momento en que Microsoft tenía dificultades para cubrir las necesidades de la startup de IA.
Luego, en enero, Oracle alcanzó un acuerdo para asociarse con OpenAI y SoftBank en el proyecto de centro de datos Stargate, valorado en US$ 500 mil millones. Se comprometieron a equipar y operar un sitio de 2 gigavatios en Abilene, Texas, desarrollado por la startup Crusoe y el grupo de inversión Blue Owl Capital.
Las conexiones políticas de Ellison, uno de los primeros partidarios del Presidente de EEUU, Donald Trump, en la industria tecnológica, han ayudado a asegurar la participación de la empresa en negociaciones clave, por ejemplo, se ha beneficiado de varios acuerdos importantes con ByteDance, la empresa matriz de TikTok, incluyendo el almacenamiento de los datos estadounidenses.
En julio se supo que OpenAI había ampliado su relación con Oracle, firmando un contrato a cinco años por capacidad de cálculo futura valorado en US$ 300 mil millones.
A pesar del peso de OpenAI en este negocio, Oracle también ha cerrado contratos con otras grandes tecnológicas, incluyendo Meta, xAI y Nvidia en los últimos trimestres. Los inversionistas se han mostrado optimistas con el rápido crecimiento de sus ingresos por IA y el potencial para competir de forma más agresiva con grandes rivales.
Tony Wang, gerente de portafolio en T Rowe Price y accionista de Oracle, afirmó que la compañía está creciendo más rápido que cualquiera de sus rivales: Google, Amazon y Microsoft. Aseguró que está empezando a ser la primera opción, más que un recurso de última instancia, en un contexto de escasez de componentes clave. “La sostenibilidad de esta historia de crecimiento claramente ha sido subestimada, y ya no se trata solo de escasez de chips”, dijo.