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DF Lab Opinión/ Asegurar la identidad: el pasaporte a la economía digital
"No se trata solo de sumar una herramienta tecnológica, sino de combinar distintas técnicas de validación de identidad en función del nivel de riesgo y la necesidad de la empresa, además de la transacción en sí".
Por: Por Narciso Basic, Business Information Security Officer - Chile, Peru y Ecuador en Equifax
Publicado: Lunes 27 de octubre de 2025 a las 09:12 hrs.
Narciso Basic, Business Information Security Officer - Chile, Peru y Ecuador en Equifax
Entre los años 2020‑2023, se generaron 65 mil millones de transacciones según el último “Digital Fraud Trends Report” de Equifax (2024) en su red global. Cada una de estas interacciones —abrir una cuenta, solicitar un crédito o simplemente comprar a través de e-commerce— depende de un proceso silencioso pero decisivo: la validación de identidad.
El mercado de verificación de identidad va a seguir expandiéndose. Se proyecta que pase de US$ 14 mil millones en 2025 a US$ 29 mil millones en 2030, con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 1,.4 % en dicho período, según un informe de MarketsandMarkets. Con cada vez más protagonismo, la ciberseguridad es la base de este proceso. Sin ella, la promesa de la digitalización se diluye en riesgos y amenazas, que se ven multiplicadas por la irrupción de la inteligencia artificial.
Frente a este escenario, el principal desafío en ciberseguridad es que los mecanismos de autenticación sean seguros y robustos, pero al mismo tiempo ágiles y simples para el usuario. La biometría es una de las alternativas más utilizadas, pero su efectividad depende de algo clave: la correcta configuración de las capas de validación y la seguridad en la transmisión de datos. En este punto es donde la experiencia y el acompañamiento experto resultan decisivos.
No se trata solo de sumar una herramienta tecnológica, sino de combinar distintas técnicas de validación de identidad en función del nivel de riesgo y la necesidad de la empresa, además de la transacción en sí. Esto robustece el proceso, disminuye las posibilidades de fraude y asegura una mejor experiencia.
En ese sentido, las empresas deberían centrar sus procesos de negocio en soluciones que sean seguras, gracias a expertos con la capacidad de diseñar, configurar e integrar soluciones completas que equilibran seguridad y usabilidad.
En definitiva, la validación de identidad no es un paso aislado, sino el punto de partida de la confianza digital. Una validación sólida integrada a un ecosistema de soluciones digitales robustez abre las puertas a la inclusión financiera y social, al mismo tiempo que protege a las organizaciones frente al fraude y la pérdida reputacional.
La digitalización seguirá acelerándose, y con ella la necesidad de procesos confiables y ágiles de validación. El desafío es grande, pero también lo es la oportunidad: construir un ecosistema digital donde la seguridad y la confianza sean el motor del crecimiento y la innovación.