“¡Somos 600k, no lo puedo creer! Muchas gracias a todos ustedes. Vamos a hacer cosas súper entretenidas, vamos a estar contándoles cosas que suceden de mi vida, de otras cosas también. De verdad, los quiero muchísimo, me encantaría conocerlos a cada uno”.
El 11 de diciembre, Evelyn Matthei, la excandidata presidencial de Chile Vamos, subió a Instagram un post agradeciendo a sus seguidores. Al cierre de esta edición, Matthei había crecido a 673 k.
Demoró 11 días en retomar las redes sociales tras su derrota presidencial, que la dejó quinta en la carrera. Reapareció virtualmente con otra faceta: la de influencer que recomienda emprendimientos, muestra lo que tiene en su cartera, enseña a maquillarse, agradece regalos, juega con su perrita Pixie, enseña recetas -que estrenó en una nueva sección en su canal de Youtube- y realiza sorteos. Un perfil similar a lo que fue Evelyn alcaldesa.
“Decidió salir del mundo político por un tiempo y volver a la esencia de lo que es ella: con un lado más humano, personal, familiar, por eso ha salido con sus publicaciones, es lo que la mueve, la relaja y se mantiene dentro de su intimidad”, asegura una persona cercana a ella.
Quienes han compartido con ella en este mes y medio, cuentan que tras una intensísima campaña, está dedicada a estar con su familia y escaparse cada vez que puede a Las Brisas, donde tiene una casa y le gusta salir a caminar, leer y jardinear. Desde este martes, de hecho, se trasladó para allá, por un buen tiempo.
En su núcleo dicen que se tomará el verano para ver qué quiere hacer: si seguir en política, hacer clases o dedicarse a sus hobbies.
¿Como quedó con la derrota? “Fue un golpe, sin duda. Sabía que perder era una alternativa, pero no así”, señala una persona que trabajó codo a codo con ella. “Pero claramente, dentro de lo golpeada, Evelyn se repone, se vuelve a parar y sigue adelante”.
Su equipo de campaña la recibió en una comida “de camaradería” en la casa de Juan Sutil, pocos días después de la segunda vuelta. Luego se hizo un almuerzo hace dos semanas, donde ella participó, y en diciembre, asistió al funeral del marido de la hermana de Diego Paulsen. En la ocasión hubo muchos dirigentes que la volvieron a ver. Y se ha juntado más de una vez con su equipo estratégico: Cristián Torres, Carol Vargas, María Irene Chadwick, Gonzalo Gómez y Juan José Legorio. Con ellos, explican, no hablan de contingencia, sino que son encuentros más en la tecla humana.
Sin embargo, otros que trabajaron con ella han preferido dar por cerrada una etapa que terminó con un sabor amargo. Y consultados por DF MAS, prefieren no hablar.
¿Qué pasó con su equipo de colaboradores? Torres, el periodista que la acompañaba desde la alcaldía de Providencia, está dedicado a asesorar a distintos clientes en comunicaciones, como independiente. Chadwick y Gómez volvieron a su agencia Vía Central. Coloma sigue hasta marzo como senador, Sutil retomó sus negocios y Juan Luis Ossa está en una pausa laboral hasta marzo.
Quienes comparten con ella aseguran que ni el equipo de José Antonio Kast la ha contactado para invitarla a participar al gobierno, ni Matthei se ha acercado a ofrecerse. “Para bailar tango se necesitan dos. No la han llamado y ella tampoco está con actitud ni ganas”, explica una fuente cercana.
“En este periodo va a mantenerse alejada de lo público y político y darse tiempo a marzo para ver cuál será su rol. Porque más allá de la pérdida (electoral, el 16N), sigue siendo una líder política en el sector, puede convocar a una centroderecha más liberal, que requiere un liderazgo para reencantarse”, comenta un cercano. Precisamente su ausencia de la discusión política del proyecto país tiene molesta a parte del núcleo que la apoyó en su candidatura. “Su actitud nos defraudó”, reconoce una persona que trabajó con ella.