Creció en Bogotá, en la misma casa donde vivía su abuelo naturalista. “Él se dedicaba a hacer documentales sobre naturaleza. En esa época todo un pionero. Esa fue mi primera aproximación a la naturaleza además de tener la posibilidad de estar constantemente viajando por un país megadiverso”, recuerda el biólogo sentado en los jardines del ex Congreso Nacional durante una pausa del Congreso RedLAC 2025 (Red de Fondos Ambientales de Latinoamérica y el Caribe), que esta semana tuvo lugar en Santiago y Frutillar con Fondo Naturaleza Chile como organizar y anfitrión.
Entre los principales expositores e invitados del mundo del conservacionismo, destacó Padu Franco, gerente senior del Programa para los Andes Tropicales de Bezos Earth Fund, fundación creada en 2020 por Jeff Bezos y su mujer, Lauren Sánchez, que destinó US$ 10.000 millones para lograr dos propósitos: enfrentar los estragos del cambio climático y reducir la pérdida de biodiversidad.
Esta década es decisiva: actualmente sólo el 15% de la tierra y el 8% de nuestros océanos están protegidos. Bezos Earth Fund invierte en iniciativas que buscan proteger el 30% de los recursos naturales del planeta para el año 2030.
Franco estudió biología movido por su amor a la naturaleza e interesado en la ciencia: “Quería entender cómo era posible que existiera la vida”. Luego quiso convertir el conocimiento adquirido en una contribución al planeta. Trabajó 15 años en Wildlife Conservation Society (WCS), donde fue director para Colombia y director regional para las regiones de los Andes, la Amazonía y la Orinoquía. Ahí dirigió diversos programas de investigación y conservación de la biodiversidad. Después trabajó dos años en Re:Wild, fundación conservacionista que lidera Leonardo DiCaprio junto a expertos en el tema.
Y hace dos años dirige las inversiones de Bezos Earth Fund en la iniciativa 30x30 para los países de la región de los Andes Tropicales, incluyendo Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Además de supervisar las diversas inversiones, su misión es fomentar la colaboración, desde comunidades indígenas hasta organismos gubernamentales.
“Yo había estado inmerso en la consecución de fondos y la implementación de ellos. Entonces pasar al otro lado, a ser parte de los equipos que donan y deciden dónde invertir, ha sido un aprendizaje enriquecedor. Permite conocer el espectro de aliados que están trabajando por un mismo propósito, pero desde ángulos diferentes. Al mismo tiempo el gran desafío es tomar las decisiones correctas de manera de tener un mayor impacto”, comenta.
Cuenta que el Fondo no es una organización demasiado grande, trabajan menos de 100 personas en las distintas áreas. “Nos conocemos todos”, afirma. Jeff Bezos y Lauren Sánchez participan activamente en el quehacer de la fundación. “El liderazgo lo tienen ellos, todas las decisiones pasan por sus manos”, confirma Franco. Las oficinas principales están en Washington, pero tienen un modelo de trabajo híbrido. Padu vive en Cali y viaja regularmente a Estados Unidos. También le toca ir a terreno y visitar las áreas de conservación en las que invierten, aunque menos de lo que quisiera, reconoce.
La filantropía permite asumir riesgos que otros no pueden, plantea Franco. “Eso no significa dar por dar. Es tener una mirada estratégica que permita entrar en las fallas donde ni los Estados ni el mercado pueden llegar”, dice. “En nuestro caso el propósito es claro: queremos incidir de manera global. Para eso tratamos de identificar dónde nuestras inversiones pueden mover la aguja. La filantropía estratégica trata de demostrar que existen soluciones concretas y para ello toma riesgos que nadie más está adoptando”.
“Soy muy positivo”
El vicepresidente del Senado, Ricardo Lagos Weber, dio la bienvenida a la primera jornada de RedLAC. En su discurso celebró que estuviesen allí reunidos tantos actores comprometidos con la causa representando a distintas organizaciones de Latinoamérica. Pero alertó también sobre el peligro de un retroceso cultural cuando en instancias como la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, a la que el parlamentario asistió la semana anterior, líderes mundiales, como Donald Trump, mantienen posturas que ponen en duda el calentamiento global.
Al respecto, Padu Franco elige ser positivo. “El mundo y la sociedad están avanzando, no a la velocidad que necesitamos, pero avanzan. A veces se siente que son dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás, pero yo diría que la tendencia es hacia adelante, aunque a veces se noten más los espacios oscuros. Nosotros tenemos muy claro lo que queremos lograr y operamos independientemente de los ciclos políticos”, sostiene.
- ¿En tu labor te toca encontrarte con esas posturas negacionistas?
- Sí. En esos casos es más difícil avanzar, por lo mismo tenemos una mirada de mediano o largo plazo que nos permite soportar baches. Son momentos que se suceden. Yo soy muy positivo. A pesar de que Estados Unidos pueda tener un liderazgo que pareciera ir en contravía, existen muchos otros líderes a nivel estatal y de sociedad civil que están realizando contribuciones significativas.
- ¿El hecho de que Bezos esté tan comprometido da cuenta de eso?
- Sí, y es uno de tantos otros actores.
- La meta del Fondo Bezos es 2030 y ya vamos en más de la mitad del tiempo. ¿Cómo evalúas el avance?
- Depende de cómo se quiera medir. Hay avances significativos en ciertas geografías. En otros países estamos más rezagados, pero se está avanzando en crear las condiciones para que en algún momento se pueda acelerar rápidamente. A veces depende de los liderazgos y de la voluntad política. Hay cosas positivas como la ratificación del Tratado para la Protección de los Océanos, porque no hay manera de que alcancemos el 30x30 global si no consideramos esas áreas. Ahí el liderazgo de Chile ha sido clave. Y también hay áreas donde el 30x30 es insuficiente. Conservar el 30% de la Amazonía no va a ser suficiente, debemos conservar el 80% y vamos en el 50%.
Alimentos y satélites
La innovación y la tecnología son herramientas fundamentales para lograr el cambio, explica Franco. Un ejemplo de ello, en lo que invierte el Fondo Bezos, es la producción de alimentos. “Buscamos producir proteínas alternativas y también crear diferentes sistemas de cultivos considerando las actuales condiciones climáticas”, menciona. Un caso concreto y relevante, dice, es la ganadería: “Innovamos en tecnología de trazabilidad, vemos cómo reducir las emisiones de metano, cómo mejorar las razas de ganado”.
Otro ejemplo es la tecnología satelital: “Existe una nueva generación de satélites que permiten monitorear con mayor detalle y profundidad nuestras superficies. Entender cuál es la composición de los bosques, llegar a zonas alejadas o que nunca han sido monitoreadas.
Además, hay más satélites, entonces tenemos una foto cada día y eso lo conectamos con innovaciones en terreno como el uso de bioacústica y de ADN ambiental, todas tecnologías que antes eran sumamente costosas y que hoy han reducido su costo y nos permiten escalar el monitoreo de la biodiversidad. Necesitamos la IA y los supercomputadores para interpretar toda esa información y derivar datos que nos permitan tomar mejores decisiones. Hay toda un área de desarrollo relativamente reciente, pero que va extremadamente rápido”.
¿Y Chile? Por el momento Bezos Earth Fund está más enfocado en áreas tropicales y no contemplan, aunque tampoco descartan, futuras inversiones en nuestro país. “Las noticias que salen de Chile generan liderazgo. La creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas es un desarrollo significativo que necesitará apoyos. Ese tipo de condiciones son idóneas para entrar a aportar. Pero en este momento no estamos mirando las áreas australes”.