Balance parlamentario: comité político entera un accidentado año de “realismo sin renuncia”
Este equipo ha trabajado bajo la permanente tensión entre quienes presionan por ir más lento y los que quisieran correr.
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El 11 de mayo de 2015, después de varias días de expectación ante el inminente cambio de gabinete, la presidenta Michelle Bachelet, concretó la salida de todo el equipo político, incluido el titular de Hacienda.
En reemplazo de Rodrigo Peñailillo (PPD) entró a Interior Jorge Burgos (DC); a la Segpres, arribó el entonces diputado Jorge Insunza, que tras ser cuestionado por una serie de asesorías a Codelco y Antofagasta Minerals, fue reemplazado por quien lideraba la cartera de Educación, Nicolás Eyzaguirre (PPD). La vocería se mantuvo en un PS, pero ingresó Marcelo Díaz en reemplazo de Álvaro Elizalde. Hacienda sufrió también un brusco cambio, ya que salió Alberto Arenas (PS) para dar paso a Rodrigo Valdés (PPD).
Lo más impactante de este cambio fue justamente la salida de la dupla Peñailillo-Arenas, profundamente compenetrada con el programa de la mandataria, y su reemplazo por dos figuras de perfil mucho más moderado, incluso calificadas derechamente como conservadoras en los sectores más progresistas de la Nueva Mayoría, lo que constituía una buena noticia para la oposición y un sector del oficialismo.
Este nuevo equipo generó altas expectativas acerca de un cambio radical en la implementación del programa de gobierno. Este sería –se supo más adelante- el team al que le correspondería implementar ni más ni menos que el polémico “realismo sin renuncia”, que principalmente desde la oposición, pero también en sectores de la NM, tuvo múltiples interpretaciones que algunos atribuyeron al formato político, particularmente, de la dupla conformada por Burgos-Valdés y que ha acarreado no pocos desencuentros al interior del gabinete.
El miércoles este equipo cumple un año en funciones. Y aunque en general se valora –incluso desde la derecha- la labor que ha realizado, existe la impresión de que dadas las expectativas que albergó su llegada al gobierno, podría estar un poco al debe. Para unos porque no pueden ir en contra del espíritu del programa de Bachelet; para otros, porque se habrían inclinado más hacia el realismo, olvidando el “sin renuncia”.
Un 5.0 de promedio
Para el timonel del PC, Guillermo Teillier, por ejemplo, en materia de reformas este equipo “ha logrado salir adelante”, pero “le falta más incidencia en cuanto a la resolución de temas que preocupan al país”. Admitiendo que no ha sido una tarea fácil dado “el problema con la economía”, estima que una de sus “debilidades” es la difusión de lo que se ha hecho, que le hubiera gustado un equipo más “proactivo”, declara.
Desde el punto de vista del senador Andrés Zaldívar (DC), este equipo, “para la etapa que fue nombrado, ha cumplido, le dio una cierta impronta a la tarea de gobierno. El ministro Valdés ha trabajado en la línea de volver al país al crecimiento, ha puesto mucha fuerza en el tema de la disciplina fiscal”. El también DC, diputado Aldo Cornejo, cree que “en términos generales este comité político ha tenido una buena coordinación, aunque ha habido casos en que no ha sido así”. Así resurge la ya antigua crítica en términos de que “sigo echando de menos, y creo que es absolutamente perfectible, una mayor intensidad en el diálogo con los parlamentarios”.
“Globalmente, es indudable que este gabinete logró detener la caída”, sostiene el diputado Pepe Auth, pero aclara que “todavía no ha sido capaz de recuperar la iniciativa y el control de la agenda completa”.
Y si el senador Carlos Montes (PS) tuviera que calificar al equipo le pondría un 5.0, “en la medida que tomaron las riendas en una situación difícil y la han ido enfrentando relativamente bien”. Pero subraya que “falta un nuevo impulso” y que tiene como desafío “pensar lo que queda de este gobierno y la acción que hay que hacer de una manera mucho más proactiva, más precisa”.
Desde su mirada opositora, el senador Andrés Allamand (RN) reconoce que el cambio de gabinete generó muchas expectativas, pero que “no corresponde culpar al equipo político por las decisiones y orientación que tiene la Presidenta. La orientación de este gobierno no ha cambiado desde el día uno. Y más allá de que cada cierto tiempo pretendan enterrar la palabra, la tesis refundacional expresada en la gráfica de la retroexcavadora, en el fondo del corazón, es lo que mejor representa a la Presidenta”.
Burgos-Valdés, la dupla estrella de este equipo
El sector más de izquierda de la Nueva Mayoría critica a la dupla Burgos-Valdés de inclinarse más hacia el realismo, dejando de lado la idea de que éste debía reforzarse sin renunciar al corazón del programa de gobierno. Y es lo que más valoran los sectores más conservadores del oficialismo y la derecha. De ambos, quien menos ha cumplido con las expectativas es el titular de Interior y quien más brilla es su par de Hacienda. Burgos tenía la experiencia de haber sido subsecretario de la cartera en el gobierno de Lagos, por lo que se esperaba más de él.
El diputado independiente Pepe Auth valora que Valdés "restableció el tradicional rol de Hacienda, que es de ponerle límites a la política, los límites de la realidad. Que en el ejercicio anterior no estaban". Respecto de la labor de Burgos, en cambio, es más bien crítico, ya que tiene la convicción de que "puede ejercer un rol mayor. Yo espero mayor incidencia, esperaba mayor protagonismo. Interior no ha tomado las riendas como puede hacerlo, habiendo hecho un rol bastante digno".
"Lo veo muy bien, creo que el ministro Valdés es el que está llevando la conducción principal, no sólo en los temas económicos, sino también en los temas estratégicos del gobierno. Pero lo veo un poco solo", sostiene el senador Felipe Harboe (PPD) al analizar este primer año del nuevo gabinete. Una buena evaluación sobre el titular de Hacienda que se repite en el mundo legislativo. Y añade que "los desaciertos que ha habido en las declaraciones en que de repente un ministro aparece diciendo una cosa y otro otra afecta un poco la imagen de orden del gobierno".
El opositor Andrés Allamand (RN) tiene bien clara la situación de este equipo político en que indudablemente Burgos y Valdés son las estrellas: respecto del titular de Interior y jefe de gabinete señala que "a lo imposible nadie está obligado. Ha sido el factor de moderación, de prudencia y sensatez al interior de la NM y el gobierno. Pero, claramente, se le ve aislado y sin un efectivo respaldo presidencial". Sobre Valdés, Allamand tiene la convicción de que "reafirma la buena línea tradicional de los ministros de Hacienda: serios, responsables, técnicamente muy competentes. Sin embargo, es como poner una longaniza en un ceviche, le corresponde timonear el buque económico, pero los remeros lo quieren mover exactamente en la dirección contraria".