Soledad Recabarren es considerada una voz autorizada en materia tributaria. A fines de 2014, esta abogada de la Universidad de Chile se independizó tras 12 años en EY, en la cual llegó a ser socia.
En aquel entonces fundó, junto a exsocios de EY, Recabarren & Asociados, consultora que partió con apenas cuatro personas y hoy tiene a casi 50 profesionales expertos en un tema candente por estos días: los impuestos.
Junto con liderar la consultora y coordinar el programa de Magíster con Mención en Derecho Tributario de la Universidad Católica, Recabarren encabeza otra instancia clave en la discusión: el comité tributario de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC).
La instancia está integrada, entre otros, por el economista Patricio Arrau y expertos como Juan Manuel Baraona, Carlos Boada, Eduardo Torretti, Camila Ramos, Francisco Selamé y Loreto Pelegrí.
La abogada comenta algunos de los temas que ha analizado la instancia -ideas que aún deben ser aprobadas por el comité ejecutivo de la CPC-, señalando que el foco estará puesto más en la simplificación tributaria por sobre el recorte a las tasas de impuesto corporativo.
- ¿Cómo vio la decisión de mantener en 27% el impuesto a las empresas? Alfonso Swett dijo que no se dará por vencido.
- La presidencia de la CPC ha hecho análisis económicos y lo miran desde la visión económica y de competitividad, entonces en esos términos los empresarios están decepcionados, pero como técnicos lo veíamos dentro de las probabilidades. Es difícil hablar de rebaja de impuestos cuando hay tantos requerimientos de gasto social.
En ese sentido, los economistas nos dicen que por un efecto de competitividad es tremendamente relevante el ajustar la tasa, y nosotros decimos que si esa es la decisión apoyamos la decisión económica que se toma.
- ¿O sea, el foco no debiera ser la tasa?
- El foco no es la tasa, sino que el foco está más bien en los problemas que tiene la legislación y la forma de simplificarla y hacerla más amigable. En ese sentido, dos regímenes paralelos no tiene ningún sentido. Eso nos alinea con los últimos comentarios que ha realizado el gobierno. Debería haber un régimen único y moderno.
Régimen único y nuevo 14 ter
Para Recabarren lo más urgente es “arreglar los entuertos” que tiene el sistema tributario hoy.
“El solo arreglo de las tasas de impuesto corporativas sin una simplificación habría sido una pésima reforma, porque los problemas siguen”, enfatiza la abogada.
En esta línea, señala que se propondrá revisar la convivencia entre los sistemas semi integrado y renta atribuida, proponiendo migrar hacia un único régimen 100% integrado con una tasa de 27% a las utilidades corporativas, con pago de impuestos en base a retiros. “Mantener o no la tasa es una decisión económica, los economistas de la comisión verán cómo queda Chile en materia de competitividad”, recalca.
Esto implica migrar hacia un sistema paralelo para las pequeñas y medianas empresas, ampliando el actual régimen denominado 14 ter. Dicho esquema considera facilidades para las compañías como una contabilidad simplificada y eximirse del Impuesto de Primera Categoría, mientras sus dueños tributarán por Global Complementario -o sea, una tasa de hasta 35% según su tramo de rentas-.
Para optar al 14 ter, se fija un requisito de tener hasta 50 mil UF en ventas promedio en los últimos tres años y no pertenecer a sectores como rentas inmobiliarias o capitales mobiliarios. “Yo ampliaría a 100 mil UF el tope de ventas y eliminaría el requisito de giro específico”, explica.
Tributos específicos
La integración entre el impuesto corporativo y el personal reduciría en alrededor de US$ 500 millones la recaudación, según estimaciones de expertos.
Recabarren señala que lo que se pierde en recaudación “es mucho menos que eso”, ya que ventanas transitorias como el impuesto sustitutivo al FUT y la repatriación de capitales dejaron al sector privado con “muchos fondos libres de impuestos” acumulados en sus empresas.
Eso sí, no por eso el comité dejará de analizar modificaciones a impuestos específicos que pudieran compensar las rebajas producto de la integración. Pero la abogada enfatiza que el foco será la modernización de las normas por sobre la recaudación.
En este sentido, se propondrán ajustes a la tributación de los impuestos verdes, principalmente a las fuentes fijas contaminantes, evitando distorsiones como que una empresa que utiliza durante tres meses al año hornos o turbinas pague más que una que los emplea los doce meses del ejercicio.También se promoverán ajustes a los alimentos con alto contenido azucarado y al gravamen a los combustibles, principalmente al diésel, ampliando la base de cobro de dicho tributo.
Otro cambio relevante que se abordará será el denominado artículo 107 que regula las ganancias de capital por la venta de acciones en bolsa con alta presencia bursátil, las que están exentas de gravamen.
“Los economistas plantean que a lo mejor esto no debería beneficiar a los controladores, sino que ser para otros tipo de entidades. A lo mejor hay que ponerle ojo al artículo 107, hay que modernizarlo un poco”, dice.
Los otros grandes temas: impuestos digitales y cambios a gastos rechazados
Soledad Recabarren señala que la propuesta de la CPC también considerará la tributación de la denominada economía digital, como las plataformas de e-commerce que hoy no pagan impuestos en Chile. Este es el caso de aplicaciones como Uber, Airbnb, Spotify y Netflix, entre otras.
"Aquí hay varios tipos de impuestos que se podrían estar aplicando: como a la importación de algunos tipos de bienes a través de correos o Amazon; o a los servicios que se prestan desde el exterior a Chile, como Netflix, Uber y Spotify, que requieren un establecimiento permanente en Chile (que se formalicen como empresa en el país) y se les podría obligar a que se les retengan el impuesto por los pagos", señala.
En esta línea, la presidenta del Comité Tributario de la CPC valora los esfuerzos del Servicio de Impuestos Internos (SII) por regular la tributación de las plataformas digitales: "Pero como hoy no tienen facultades para ello, es importante que se incluyan en la reforma tributaria".
En esta línea, plantea que el agente retenedor del impuesto a dichos servicios sea la tarjeta de crédito con la cual se pagan esos productos ofrecidos desde el exterior, como lo hizo Argentina con su reglamento para definir el tratamiento tributario de, entre otras plataformas, Netflix.
"Pero a diferencia de Argentina, creemos que esto no puede hacerse vía reglamento, sino que tiene que incluirse en la reforma tributaria. En el mundo se está forzando a estas empresas a instalarse en los países en los que brindan servicios. Aquí no estamos inventando la rueda", señala.
Otro tema que plantearán será revisar la estructura de los gastos rechazados en el país, los cuales deben tributar por una tasa del 40%.
"Por ejemplo, los gastos en responsabilidad social y beneficios para el personal son considerados como gastos rechazados. La ley establece hoy que si yo quiero construirle una cancha de fútbol a mis trabajadores, con camarines y una cancha con pasto, ese gasto no podrá ser deducible. Eso no está bien y es algo que debe analizarse", ejemplifica la abogada.
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