“Hoy es el momento en que no se debe pensar en candidaturas. Mi labor no está en eso, personalmente el mundo público me encanta”, dijo ayer el futuro ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, desestimando una eventual incursión como carta presidencial.
Y es que tras su nombramiento en una cartera, que se espera -dicen en el sector- encarne el sello que Sebastián Piñera buscará darle a su administración apuntando a la clase media, el otrora líder del empresariado se instaló como una figura que podría aspirar al principal cargo de elección popular.
Así, al menos, lo considera el cientista político y académico de la U. Central, Kenneth Bunker, quien junto con destacar que Moreno “es un presidenciable ahora” y “corre con ventaja”, advierte que “no es trivial que en la presentación del gabinete haya estado en la primera línea con el resto de los ministros políticos. Creo que Piñera lo endosa, ve en él como independiente, alguien que lo pueda seguir en los pasos. Moreno desde Desarrollo Social puede ponerle un sello nuevo a ese ministerio y al gobierno”.
En la misma línea, pero sin encasillar a Moreno como una eventual carta presidencial, el director ejecutivo del I. Libertad, Aldo Cassinelli, afirma que “si lo hace bien”, se convierte “en una jugada interesante”. Asimismo destaca el perfil conciliador el exlíder del empresariado, resaltando es una persona que “logra poner de acuerdo a mucha gente. Y ahora puede conectar la gran empresa con las organizaciones scoiales”.
Más tajante el consultor y académico, Álvaro Bellolio, advierte que si se trata de presidenciales hay que poner atención a los exabanderados instalados en el Congreso, como son Manuel José Ossandon, Felipe Kast y José Antonio Kast, además del senador Andrés Allamand, y a quienes serán los intendentes.
Al respecto, Bunker agrega que “Allamand, Ossandón, Felipe Kast, pueden venir en un segundo tiempo, por lo que hay que esperar para ver cómo se decanta esto”.