Por Claudia Rivas
Los ocho candidatos presidenciales que estarán en la cédula el próximo 19 de noviembre tuvieron anoche su primer cara a cara, donde tal como se había especulado el abanderado de Chile Vamos, Sebastián Piñera, fue el más interpelado de los aspirantes a sustituir a la presidenta Michelle Bachelet en el sillón presidencial, aunque no se puede decir que ninguno de los participantes haya destacado por sus intervenciones.
El Salón Plenario del Congreso Nacional en Valparaíso, con una muy discreta asistencia de público, se desarrolló el debate que sin ser una gran expresión política fue de menos a más, desde el momento en que los candidatos comenzaron a emplazarse unos a otros en medio de las respuestas de los cuatro periodistas asignados.
Llamó la atención que, sin proponérselo, el tema de los derechos humanos se tomó gran parte del debate y posteriormente las conferencias de prensa de los postulantes a La Moneda. Ello a partir de dos temas de contingencia –la huelga de los comuneros mapuche y la decisión del gobierno de bajarles las medidas cautelares- y de la ya famosa frase de Piñera sobre los “cómplices pasivos”, que salió a colación a partir de una pregunta de uno delos periodistas al propio Piñera.
Visiblemente incómodo, el exmandatario reinterpretó la frase con que el 31 de agosto de 2013, casi al final de su gobierno, generó la molestia de los jerarcas de la Alianza por Chile, que se sintieron apuntados por Sebastián Piñera. En esa ocasión, en medio de una importante baja en su popularidad, el entonces Presidente señaló que “hubo muchos que fueron cómplices pasivos: que sabían y no hicieron nada o no quisieron saber y tampoco hicieron nada. También hubo jueces que se dejaron someter y que negaron recursos de amparo que habrían permitido salvar tantas vidas. También periodistas, que titularon sabiendo que lo publicado no correspondía a la verdad”.
Consultado de cuántos “cómplices pasivos” lo respaldan en esta campaña y con los senadores Hernán Larraín (UDI) y Alberto Espina (RN) entre el público, Piñera se deshizo en explicaciones, asegurando que “el hecho de haber participado en el gobierno militar no significa ningún pecado” y calificó de un simple “error” la frase de la candidata UDI, Loreto Letelier, de que los afectados en el caso Quemados se autoinflingieron daño.
El conflicto mapuche también fue un tema álgido, por cuanto el diputado José Antonio Kast insistió en sostener que hay terrorismo en La Araucanía, mientras que Beatriz Sánchez del Frente Amplio, planteó que “si seguimos repitiendo las mismas fórmulas de los últimos 20 años no vamos a tener resultados distintos. La ley antiterrorista es muy ineficaz, ha habido 100 procesados y un solo condenado” y recalcó la necesidad de dialogar con los mapuche. El diputado Kast (ex UDI), a quien más tarde Guillier definió como una “amenaza para la democracia” por sus posturas radicales, retrucó a la periodista: “Dice que quiere dialogar con los mapuche y no quiso dialogar con Sergio Melnick”, aludiendo también a un debate de contingencia.
Goic versus Guillier
Mientras que Guillier y Piñera, los más probables candidatos a la segunda vuelta, se trataron prácticamente con guante blanco eludiéndose mutuamente, la senadora Carolina Goic intentó marcar las diferencias con su adversario al interior de la Nueva Mayoría. A diferencia de los últimos días en que se había mostrado abierta a un acuerdo post primera vuelta, en el debate se manifestó más bien reacia a esa posibilidad.
Particularmente, interpeló a Guillier en materia de Salud, pese a que ambos tienen una mirada similar en cuanto a la licitación de la construcción de hospitales. La candidata DC fue una de las menos interpeladas durante el debate y en la conferencia de prensa posterior valoró que finalmente se haya realizado un debate en que participaron todos los candidatos y lo calificó “como un buen ejercicio democrático”.
Por su parte, Marco Enríquez Ominami demostró que aún puede ser el protagonista, aunque eso no se refleje en un respaldo popular como en 2009. Criticó que algunos candidatos pese a estar en campaña sigan cobrando su dieta; acusó al senador Hernán Larraín ahí presente de ser uno de los “cómplices pasivos” a los que aludió Piñera en 2013 y de haber desconocido la existencia de los detenidos desaparecidos, cosa que el parlamentario negó más tarde. ME-O generó polémica.
Mientras que Navarro defendió al gobierno venezolano y Eduardo Artes generó polémica al inicio, asegurando que “estos muros huelen a corrupción”.