El lunes el mercado celebró. Tras los resultados de las elecciones presidenciales y legislativas del pasado domingo la bolsa chilena subió un 3%. Ese día, el IPSA fue el índice con mejor desempeño en todo el mundo, pareciendo inmune a las caídas de Wall Street.
Junto a la bolsa, el dólar cayó casi $5 -anotando su nivel más bajo desde marzo- mientras que los seguros de incumplimiento sobre los bonos soberanos, más conocidos como CDS, también registraron caídas.
Para el socio y portfolio manager de Toesca, Rodrigo Rojas, el resultado presidencial en la primera vuelta es parte de lo que ya estaba “medianamente” internalizado en el mercado.
“Los elementos secundarios que marcan los movimientos son por menor votación de la centroizquierda, donde había un escenario con expectativas mayores al 30% y la fisura en que la expectativa era que la centroderecha iba a poder tener la mayoría en ambas cámaras, que no lo logró”, señaló en el podcast Señales Financieras.
El efecto de un programa “Republicano”
-Para la segunda vuelta todas las encuestas dan por ganador a José Antonio Kast, ¿el mercado ya absorbió su triunfo?
- Nunca está absorbido al 100% hasta que los eventos suceden. Especialmente en los no residentes: por lo que hemos visto, los inversionistas extranjeros están esperando a que se desarrollen los hechos y luego tomar una decisión. En ese sentido, si termina ocurriendo lo que hoy dicen las encuestas, hay algo de espacio para que la bolsa suba.
-¿Se viene un mes de volatilidad?
- Debiese disminuir porque hemos cerrado varias cosas inciertas, como el Congreso. La volatilidad la podríamos ver desde Estados Unidos. Siempre el cierre de año tiene movimientos fuertes relacionados con toma de utilidades, pero eso es imposible de predecir.
-Los pilares del eventual gobierno de José Antonio Kast son recortes de impuestos, menos burocracia y mayor agilidad en los permisos, entre otros. De llegar a La Moneda, ¿cree que eso se logrará?
-A diferencia de las dos últimas elecciones, donde los candidatos que pasaban a segunda vuelta tenían prioridades muy distintas e incluso diametralmente opuestas —uno hablaba de crecimiento y el otro de medio ambiente; uno era proaborto y el otro contrario al aborto— hoy hemos visto que los pilares de todos los candidatos son seguridad, crecimiento y burocracia. Incluso el actual gobierno hizo una reducción legal de ciertos temas burocráticos. Entonces creo que sí, que se puede avanzar más rápido.
-Entre las medidas más concretas que impactarían al sector está la reducción de impuestos corporativos del 27% al 23%. ¿Cuál sería el impacto para la bolsa?
-Va a ser un efecto positivo y es difícil calcularlo, pero al menos estimamos que podría aportar entre cinco y diez puntos porcentuales de crecimiento. Pese a eso, tampoco será tan fácil de zanjar en el Congreso, ya que habría que convencer a la próxima oposición. En ese sentido, vemos que las primeras medidas de un eventual gobierno de derecha serían aquellas con mayoría popular: seguridad y crecimiento.
Un crecimiento al 3%
-¿Cómo ve el apetito de las AFP, family offices e inversionistas en general?
-A comienzos de año, la aprobación de la reforma de pensiones fue un elemento clave para los extranjeros y también para los locales. Sin embargo, durante el año los flujos se dieron más por el lado de los inversionistas locales, impulsados —además del tema político— por el avance de las utilidades de las compañías.
De aquí en adelante vemos un catalizador que todavía no está internalizado en el mercado, tanto para locales como para extranjeros: señales de recuperación de la inversión, mejor consumo y un sector inmobiliario al alza. En ese sentido, creemos que están los insumos necesarios para hablar de un crecimiento país en torno al 3% el próximo año. Eso, hasta ahora, no es la proyección promedio ni el consenso. Pero pasada la segunda vuelta, creemos que el mercado sí podría comenzar a proyectar un 3% para 2026. Ese es un titular que hoy no está incorporado.
-Ningún modelo en el sector financiero tiene un 3% de crecimiento a nivel país…
- Por lo mismo, puede ser un catalizador adicional a lo que ya hemos avanzado en valorización este año.
-¿Cuál es su proyección para el IPSA?
-De aquí a 12 meses podríamos estar hablando de entre un 10% y un 15% adicional. Ahora, si se suman efectos de mayor crecimiento país y un gobierno que comience a avanzar en el Congreso con reformas pro crecimiento, eso significaría un impulso adicional de valorización. Podríamos pasar de las 12,5 veces en precio/utilidad actuales a niveles de 14–15 veces.
-¿En qué sectores de la bolsa chilena está viendo oportunidades?
-Tenemos sectores que han avanzado bastante —como retail, utilities y bancos— porque sus utilidades también han ido creciendo, pero creemos que aún hay espacio para que sigan avanzando.
Al mismo tiempo, hay sectores de mediana y baja capitalización —inmobiliario, construcción, salud, industrial, salmones— donde vemos un rezago no sólo por su mayor iliquidez y efectos de flujo, que deberían recuperarse, sino también un rezago en utilidades. Estamos viendo en el tercer trimestre señales importantes de mejora en el mercado inmobiliario, y esa mejora tiene un segundo efecto en la construcción. Por tanto, creemos que estos sectores más ligados al crecimiento interno del país serán los que mostrarán un mejor tren de resultados en 2026 y 2027.
La "burbuja" de Wall Street
-Chile no queda ajeno a lo que pasa en el extranjero. ¿Cómo podría impactar al escenario local una corrección o caída de las bolsas estadounidenses?
-Lo que ocurra en el extranjero es difícil de prever, porque estas burbujas suelen gatillarse por tendencias nuevas que no conocemos. Y bueno, si hay una corrección del mercado estadounidense, el efecto para Chile dependerá de la causa. Si se quiebra por temas geopolíticos, institucionales o de riesgo global, probablemente seremos arrastrados de igual forma. Pero si el mercado americano comienza a rezagarse porque las compañías que han prometido crecimientos importantes no lo logran, es probable que el mercado emergente tenga algo más de colchón e incluso pueda tomar una tendencia distinta.