Este lunes 3 de agosto, el oficialismo concretará el cónclave tantas veces pospuesto y cuyo principal objetivo es sincerar de una vez por todas las cifras con que cuenta el gobierno para implementar su programa y, más importante aún, si habrá que cercenar algunas reformas y hasta qué punto.
Este es el debate que ha cruzado a la Nueva Mayoría desde que el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, reconoció que el país atraviesa una compleja situación económica que no pareciera que se superará en el corto plazo. A partir de ahí y del concepto de "realismo sin renuncia" que, en la misma línea, acuñó la presidenta Michelle Bachelet, su plataforma política se ha ido fracturando.
La NM llega a la cita en el Estadio El Llano, en la comuna de San Miguel, intentando recuperarse de algunas fisuras que han dejado no sólo las distintas miradas, particularmente de la Democracia Cristiana (DC) y el Partido Comunista (PC), respecto de una serie de iniciativas, especialmente las valóricas, sino también del temor que provoca en las filas del conglomerado la sola posibilidad de que la cirugía al programa redunde en un negativo efecto electoral.
A la cita llega un sector más dispuesto a moderar para poder sacar adelante la segunda administración de Bachelet, donde destaca la DC, mientras que otros, como el PC, insisten en cumplir el programa tal y como se comprometió. El desafío del Ejecutivo será, entonces, ponerlos de acuerdo para empujar hacia el mismo objetivo.
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-En concreto ¿este cónclave es un punto de inflexión?
-El punto, si es que lo hubiese, se va a marcar en cuantificar los tiempos, los recursos y la voluntad política de cumplir con el programa en las posibilidades que dan los tiempos y que dan la situación económica. El apoyo para lo que salga respecto de eso, como se ha visto hasta ahora, no presupone el recorte de ninguna de las reformas. Lo único que significa es cómo aprobarlas de manera que igual se cumplan en el tiempo, si es que se sufriera alguna demora por el tema financiero. Tal vez también debe haber una mirada a futuro de cómo actuamos en conjunto en consolidar el programa, lo que se alcance ahora en este período y lo que no se alcance a hacer.
-¿Es importante garantizar la unidad de la NM?
-Sería para todos aquellos que queremos reformas una garantía el saber que hay acuerdo de todos los componentes de la Nueva Mayoría de seguir adelante en este proceso y de que eso abarcaría un nuevo período.
-¿Qué espera del discurso que dé la presidenta Bachelet ese día?
-Ella debe reiterar esto de avanzar con realismo sin renuncia, pero que explique bien lo del realismo.
-¿Es una última oportunidad para la búsqueda de un norte común?
-Yo no hablaría de última oportunidad, más bien es una oportunidad más, porque se han dado mejoras sucesivas. La presidenta misma habló de más disciplina, más unidad, todos queremos eso. El año pasado hubo desorden, hubo matices, fue el año de los matices, pero salieron todas las reformas. Y ahora incluso con desorden, en la carrera docente, se aprobó la idea de legislar y se van a seguir aprobando otras leyes.
-¿Depende de lo que ocurra el lunes la permanencia del PC en la Nueva Mayoría?
-A esta altura no, porque en lo del lunes más o menos está hecho el molde y es que no hay renuncia a las reformas. Se variarán los tiempos, algunos relativizados en cómo marche la economía que vemos que en 2018 puede repuntar. Entonces habrá que hacer un balance de ver si la gratuidad va a ser posible en 2020 o habrá que postergarlo, pero lo que sí queda claro es que todas esas cosas deben quedar amarradas, que no vaya a llegar otro gobierno a decir no, esto no se hace.
-Pero hubo dudas en el PC respecto a qué significaba esta nueva etapa
-Por cierto que sí. Fue impactante escuchar a un ministro de Hacienda decir: mire aquí tenemos que decir que no hay plata, y ese hecho va a significar tener que dirimir qué reformas no van. En ese momento, eso nos preocupó muchísimo. Por eso dijimos que si no hay reformas, qué hacemos en el gobierno. Pero ese momento ya pasó.
-¿Cómo se despejaron esas dudas?
-Hemos conversado con el ministro Valdés. No es tan catastrófica la situación de la economía, ésta sigue creciendo con algunos índices que son malos algunos, otros buenos. Nosotros claro que tuvimos una alarma, pero después conversando con el ministro nos dijo que plata para las reformas hay, que algunas podrán variar en el tiempo, lo que no hay es dinero para atender nuevas demandas sociales.
-¿Qué se espera de Valdés para este lunes? ¿debe aclarar las cifras?
-Al ministro Valdés le falta todavía dar cifras más concretas que nos iluminen más, aún hay cosas que están en el aire. Tiene que entregar una proyección, como él ha dicho, realista. El ministro ya lo está haciendo y el lunes deberá hacerlo también.
-¿Ha habido suficiente diálogo con el gobierno en estas semanas previas al cónclave para aunar criterios?
-Sí, ha existido con el comité político, con los ministros sectoriales. Es un diálogo fluido, donde se despejan dudas.
-En tema laboral, por ejemplo, ¿hay seguridad en que el gobierno no hará una reforma a la reforma?
-De lo que he escuchado es que el ministro Valdés hará algunos cambios, pero que no tocan los cuatro puntos esenciales. Va a haber algo relativo a las Pyme.
-¿Un régimen distinto?
-No sé, tenemos que verlo. Eso nos preocupa, que no haya una respuesta concreta, para decirle sí o no. A priori uno no se puede negar, pero hay que saberlo.
-¿Hay resignación en algunos sectores de la NM de que este gobierno ya no podrá avanzar más y que sólo resta terminar lo más dignamente posible?
-Yo no tengo ninguna resignación, seguiré peleando hasta el final por las reformas, por lo que nos hemos comprometido con la gente. Si alguno en la NM está pensando que ya no hay más trabajo, que no vaya al cónclave.
-¿Existen diferencias con la DC que está en el otro polo de la NM?
-Existen algunas diferencias, le pongo el tema de la despenalización del aborto, en donde hay una discusión interna fuerte de la DC, que han dado libertad de voto. Confío en que la mayoría vote a favor. Ahora en relación a algunos proyectos hay que ver esa libertad, si no entonces todos podríamos decir: mire no me gustó cuando hicimos el programa entonces doy liberad de acción.
-La reforma constitucional va a quedar fuera del cónclave, ¿cuándo se empezará a revisar?
-Va a haber un cónclave a comienzos de septiembre. Y será para que nos pongamos de acuerdo. Creo que se dan muchas diferencias porque no hay un afinamiento de posturas.
-Al ministro Burgos no le gusta la Asamblea Constituyente...
-He tratado de interpretarlo y no es que esté en contra de la AC como una posibilidad, lo que él erradamente piensa que nosotros pensamos es que la AC se tiene que imponer por decreto. Nosotros no decimos eso, tienen que crearse las condiciones.
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-¿El cónclave marca un punto de inflexión para la Nueva Mayoría?
-Es importante, porque la idea es tener claridad de los siete u ocho ejes fundamentales en los que se va a concentrar la acción del gobierno y de los parlamentarios en los próximos meses y debe ser enfrentado con mucho sentido unitario y siguiendo el concepto que acuñó la Presidenta de "realismo sin renuncia" en lo esencial.
-¿Cómo afectan esa unidad los temas que han generado ruido al interior del pacto, como por ejemplo el aborto en que la DC tiene una mirada tan distinta a la del PC?
-Nosotros tenemos un trabajo previo, que viene desde hace bastante tiempo, para ir mejorando la coordinación entre las directivas de los partidos, fundamentalmente al nivel de presidentes y secretarías generales, en conjunto con el equipo político del gobierno. Hay acuerdo en cómo enfrentar las materias esenciales, como la reactivación económica, porque eso tiene que ver con el empleo y el crecimiento; tiene que ver con mayores recursos para dedicarlos a la agenda social. Tenemos acuerdo en que las reformas esenciales para este gobierno están vinculadas a la reforma educacional, en materia de Carrera Docente, desmunicipalización y gratuidad, hasta donde nos permitan los recursos. También la agenda laboral y un área que yo defino de certezas y tranquilidad para las personas, como es la seguridad ciudadana y el acceder a un servicio de salud oportuno y digno.
-¿También probidad y transparencia?
-Sí, porque la probidad y transparencia nos permite fortalecer nuestra democracia, recuperar confianzas en el funcionamiento de las instituciones.
-Pero otros temas generan ruido, porque no hay acuerdo, como el aborto y otros. ¿Qué pasa con eso?
-La idea es cumplir con lo que planteamos en el programa, que era abrir un debate respecto de la despenalización del aborto en tres situaciones de excepción. En otras materias también tenemos diferencias como en la política exterior respecto a la defensa de los derechos humanos, pero se procesan, se analizan, se discuten y priorizamos lo que nos une por sobre lo que nos diferencia, porque tenemos la responsabilidad de gobernar y la tenemos que asumir entre todos.
-Pero las diferencias no parecen tan insignificantes, porque después de un año están generando bastante tensión; tanto así que la diputada Vallejo advirtió que si no se hacen todas las reformas comprometidas no tiene sentido que el Partido Comunista siga en la Nueva Mayoría y esto surge de la sensación de algunos sectores del pacto de que a la DC le sienta mejor moderar las reformas.
-No comparto ese juicio ni mucho menos la opinión de la diputada por muy categórica que sea. La dirigencia del Partido Comunista no nos ha planteado, ni al partido ni en el comité político, ninguna postura de ese tipo. Cada partido tiene sus debates internos, nosotros los tenemos, hay diferencias y cada cual las resuelve a su manera, básicamente al interior del partido. Cuando se hacen ese tipo de planteamientos siempre digo que lo que tenemos que priorizar es el compromiso que asumimos con los chilenos y hacer las cosas bien, que es lo que importa. El gobierno está para gobernar, la Presidenta para liderar y los partidos estamos para apoyar esas propuestas, para trabajar unidos. Y los parlamentarios tenemos que mejorar las propuestas en el debate del Congreso. Así es que siempre prefiero quedarme con la visión más unitaria y no con la catastrofista de algunos.
-Desde esa visión unitaria, ¿qué espera que resulte del cónclave?
-Que salgamos con claridad de objetivos, con mucha más unidad y capacidad de coordinación para implementar esas propuestas que ya le delineé y entendamos que hay que ayudar al gobierno a tener una mejor gestión; sobre todo en aquellas materias sociales, donde la gente percibe de manera más nítida la diferencia entre un gobierno como el nuestro, que se juega por la igualdad y uno de derecha que más bien privilegia el individualismo.
-¿Qué espera que contenga el discurso de la Presidenta en la cita?
-Que aclare en términos mucho más precisos los recursos de los que vamos a disponer para implementar las reformas sociales. Creemos que sincerar la realidad económica y social del país ayuda a tomar mejores decisiones.
-Algunos hablan de priorizar y otros de jerarquizar, ¿por cuál de las dos se inclina?
-La verdad que da lo mismo si es que tenemos claridad en los objetivos que queremos conseguir. Yo le hablaba del crecimiento económico, porque tiene dos objetivos claros: que genera empleo y el empleo le da tranquilidad a los jefes de hogar; y, segundo, porque genera más recursos para destinarlos a las políticas sociales que comprometimos. En eso no puede haber dos opiniones. Y también certezas en la vida diaria de las personas, eso tiene que ver con temas vinculados a la seguridad ciudadana, con el respeto a sus derechos, con la tranquilidad, el orden y la paz social, que es tan necesaria para generar estabilidad.
-¿El Partido Comunista es un socio confiable?
-Forma parte del gobierno igual que nosotros. Ha trabajado de manera unitaria. Desde que yo asisto a las reuniones del comité político y a las directivas de los partidos de la Nueva Mayoría no tengo nada que reprochar ni de qué quejarme, al contrario, hemos dialogado con respeto, con altura de miras, hemos tenido algunas diferencias, se han manifestado, se procesan y después actuamos de manera unitaria.
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