“Ojalá la presidenta siga defendiendo las banderas de la Nueva Mayoría”
El actual líder del PRO se siente más cerca de la coalición oficialista, pero advierte que gran parte de las reformas que impulsa La Moneda, van a tener que ser revisadas en el futuro.
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El dos veces ex candidato presidencial, Marco Enríquez -Ominami (PRO), parece estar buscando la madurez que otorga cruzar la barrera de los 40. Tras sus palabras, se aprecia un mayor orden y claridad de sus pensamientos políticos, que contrastan con la vorágine de ideas que lanzaba con rebeldía treintañera en su primera irrupción presidencial en 2009, cuando a regañadientes brindó un tibio apoyo a Eduardo Frei, luego de no haber conseguido llegar a primera vuelta.
Hoy, reconoce que ese tipo de enfrentamientos tienen que guardarse en el pasado. En ese escenario, observa con total expectación lo que está llevando a cabo el gobierno de Michelle Bachelet bajo el alero de la Nueva Mayoría. Eso sí, aclara, que su posición política sigue situándose como una “tercera fuerza”.
-¿Qué puntos a favor o en contra observa en este segundo gobierno de Michelle Bachelet?
-Ojalá la Presidenta siga defendiendo las banderas de la Nueva Mayoría, porque veo intentos de economistas conservadores que se dicen de izquierda, pero son de derecha, interesados en revivir a la vieja Concertación. Veo una pugna bien concreta, una sana pugna en educación, en impuestos, que ojalá la gane la Nueva Mayoría, en eso no me quedo neutro. Veo una evolución de la Presidenta desde marzo hasta ahora. Comenzó como jefa de Estado, y ahora se ve más como una jefa de gobierno. Se dio cuenta de que para ese nivel de reformas, tiene que jugarse ella su capital, tiene que explicarlas.
-Una de sus banderas de campaña fue la reforma tributaria, ¿cómo evalúa el actual proyecto del gobierno?
-Si bien digo que esta reforma hay que aprobarla, no es precisamente la visión de sociedad que tenemos nosotros. Hay una diferencia: apuntamos hacia una visión más audaz.
-¿Qué elementos faltarían dentro del debate de la reforma tributaria?
- Nosotros planteamos que se necesitan US$13.500 millones para hacer cuatro cosas: salud, educación, obras públicas, jubilación. Ellos proponen US$ 8.200 millones. El gobierno debe, además de preocuparse de reducir la desigualdad mediante una reforma tributaria, anunciar un plan de inversiones en OO.PP. Tenemos severos problemas de conectividad con Argentina y un buen plan de inversiones crearía empleo, crecimiento y resolvería gruesos problemas del modelo exportador desde y hacia Argentina, Brasil, Uruguay y el Atlántico. Veo poca inciativa en cuanto a eso desde el gobierno. Recuperar tasas de crecimiento más ambiciosas requiere brazo público también.
La Nueva Mayoría
¿Qué opina de esto que se ha denominado el “frenesí legislativo”?
-Pienso que no es tal, y es fabuloso que se haya cambiado la estrategia. Bachelet fue un árbitro el 2006 y hoy es una presidenta de la acción. El arbitraje que hicieron Aylwin, Frei, Lagos y la propia Bachelet, se agotó. Por eso Piñera ganó el 2009, porque el país optó no por alguien sereno, moderado, sino por un emprendedor, por alguien que las hacía todas.
-¿Cree que Bachelet tiene una nueva forma de liderazgo?
-Tiene que arriesgar más, ha entendido que tiene que jugarse más ella. Ahora bien, creo que con estas reformas puede pasar lo que pasó con la LGE. Vamos a hacer una reforma educacional en 2008; en 2011 tenemos las protestas más grandes de la historia, y, ahora, estamos haciendo una reforma educacional. En 2008, se hizo una reforma a las pensiones; hoy estamos creando una comisión para hacer una reforma a las pensiones. El gobierno tiene un riesgo de tener el síndrome LGE.
-¿Qué diferencias sustanciales observa entre el gobierno de Bachelet del 2006, del cual usted formó parte, al de ahora?
-La noto más progresista que el 2006, es más presidenta de la acción, más Bachelet que Frei, Lagos, y Aylwin.
-¿Por qué Bachelet pudo interpretar los cambios del país, más que su candidatura?
-Ellos explicaron mucho mejor que nosotros la gradualidad. Saber explicar al país que se deben hacer cambios en profundidad, pero con gradualidad. Nosotros no tuvimos la capacidad de encarnar eso y fuimos derrotados. Sin embargo, igual ganamos densidad. Tenemos un voto más importante que en 2009, que fue un voto de protesta. El de 2013 es un voto más nuestro, de visión de sociedad.
-¿Ve a la Nueva Mayoría como un pacto electoral o una coalición de gobierno en proceso de formación?
-Usted lo plantea bien: está en formación. La Concertación era excluyente y encarnó malas prácticas. Es bueno que le vaya bien, pero nosotros somos otra cosa, una tercera fuerza. Igual vemos con gran interés que le vaya bien a la Nueva Mayoría y no vamos a hacer nada para que a los proyectos, donde nuestras banderas fueron recogidas, les vaya mal.
- Este gobierno ha centrado gran parte de su capital en el programa…
-La política se volvió racional y no emocional. El voto es emocional. Chile cambió, y hoy se volvió más importante la densidad de los debates. En eso lo estudiantes fueron clave. Lo programático se volvió protagonista. Hoy ya estamos hablando de temas de fondo. La sociedad tiene a los políticos galopando.
La Moneda en la mira
-¿Qué lugar político ocuparía ME-O, en la actualidad?
- Como un aliado estratégico de las causas con dos reparos: AFP y Asamblea Constituyente, no avalamos ni la AFP estatal ni que se vea como un chiste la AC.
-¿Qué condiciones se tienen que dar para que usted se acerque a la Nueva Mayoría en un próximo proceso de elecciones?
-Hay dos cosas: primarias para todos los cargos. Y lo segundo, las causas. Nosotros nos movemos por eso, no andamos negociando en público. Esos dos elementos son convicciones.
-La DC puede ser una piedra de tope por lo ocurrido el 2009, ¿con qué sectores podría acercarse dentro de la falange?
-Con el progresista, el que está a favor del debate. Hay que avanzar con ellos, tenemos temas en común; por ejemplo,con el diputado Fuad Chain hemos estado de acuerdo en muchas cosas respecto al fin del binominal. Hay un espacio. Fuimos muy duros en nuestra posiciones con Frei en ese momento, eso sí, pero ahora hay un nuevo escenario.
-Algunos creen que debería disculparse por su actitud con el ex presidente Frei
-Eso lo pueden pedir los tíos míos, pero no reconozco a ninguno de ellos como tíos. Creo que la sociedad lo zanjó: Bachelet saca 66 y nosotros 11. La relación la tengo con la ciudadanía. No vale la pena abrir nuevos debates añejos. No es bueno volver a esos temas.
-¿Va a estar en la papeleta el 2017?
-Vamos a seguir compitiendo por la confianza de los chilenos, partiendo por las municipales, como una alternativa distinta, una tercera fuerza. Y para las presidenciales, tengo 40 años y toda la energía, el límite lo pone la salud y la familia.
"AC no es un bar de curados ni un fumadero"
-¿Cómo se debería elegir la fórmula para reformar la Constitución?
-Bachelet debería mandar una reforma constitucional, en la mitad de su mandato y que requiere 80 diputados, para hacer un plebiscito, con varias preguntas por única vez, salvo que se pregunte por reelección presidencial, allí habría que subir el quorúm y luego hacer elecciones para un congreso constituyente, donde se elijan senadores y diputados con mandato exclusivo para reformar la Carta Magna.
-¿Asamblea Constituyente es el único camino para reformar la Constitución?
-No, hay muchos caminos. Ahora, la AC se vuelve emblemática cuando Escalona y Velasco la denostan, cuando la transforman en un bar de curados. No se necesita agredir para debatir ideas. En Colombia se ha hecho, y no es un país precisamente que sea un fumadero de opio.
- ¿Cómo se asegura con la AC la elaboración de una mejor Carta Fundamental?
- Tengo una mala noticia para los progresista: probablemente la AC saque una Constitución igual que la que hay. Nadie ha dicho que el nuevo texto no le gane al viejo.
-¿Ve a la presidenta cercana a la idea de llevar adelante una AC?
- Vamos a tratar de converncerla Hemos logrado convencer a algunos ya de esto. Es el camino más práctico, y que los chilenos decidan. Lo que me parece sorprendente es que todos piensan que está ganada, lo cual no es para nada seguro.
"Compartimos y apoyamos a nicolás Eyzaguirre"
-¿Va por buen camino la reforma educacional?
- Si, pero estaban partiendo por mal camino. Son mucho más Nueva Mayoría en educación secundaria, y más Concertación en superior. Me he reunido con el ministro, y veo que no hay convicción en esa materia. Todo lo que hace Eyzaguirre es correcto, lo compartimos y lo apoyamos, pero yo habría partido por mayor aporte a la educación pública.
-Mariana Aylwin habló de un "Transantiago educacional"
-El peor Transantiago no es lo que se está haciendo ahora: la educación de hoy es un Transantiago. Mariana Aylwin se equivoca en eso. Ella, junto con Andrés Velasco, quieren hacer reflotar la vieja Concertación. Eso sí sería un gran Transantiago.
-¿Por qué su candidatura no supo recoger con más fuerza las demandas estudiantiles de 2011?
- Los movimientos sociales por definición son de ruptura y jamás se suman a proyectos políticos. Las marchas decían avanzar sin partidos. Nadie fue capaz de movilizar a esos votantes, incluida la presidenta Bachelet. Las marchas nunca generan liderazgos políticos evidentes, y eso es un problema.
-Pero no se le vio muy activo apoyando al movimiento...
-No hice el esfuerzo de visibilizarlo, ese fue un error, no tengo dudas. Confié mucho en las redes sociales, y la prueba es que no fueron suficientes, porque aunque estuve en las marchas, la apuesta no bastó.