Cuatro décadas celebró ayer la Corporación de Estudios para Latinoamérica (Cieplan). Y lo hizo con bombos y platillos, con auditorio lleno y una destacada presencia de expertos y ex autoridades forjadas al alero del centro de pensamiento.
La audiencia estuvo a la altura de la ocasión: el actual presidente del think tank y primer ministro de Hacienda tras el retorno a la democracia, Alejandro Foxley, los ex ministros José Pablo Arellano, René Cortázar, José De Gregorio, Eduardo Aninat, Alejandro Ferreiro, Jorge Rodríguez Grossi, Jorge Burgos, Sergio Bitar y Andrés Velasco. A ellos se unieron académicos destacados como Andrea Repetto, Eduardo Engel y Ricardo Ffrench-Davis, y los consejeros del Banco Central Pablo García y Joaquín Vial, y el próximo titular del ente emisor, Mario Marcel.
Tras una breve presentación del director ejecutivo de Cieplan, ex subsecretario de Hacienda y ex consejero del Banco Central, Pablo Piñera, el turno fue del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, quien fue ayudante de investigación en el think tank a fines de los 80.
Junto con destacar el rol de Cieplan durante la dictadura y la transición, señalando que fue “sin dudas” el centro de estudios “más influyente” durante la década de los 90, el secretario de Estado hizo un llamado a retomar los consensos que fueron uno de los sustentos de la obra de Cieplan en sus 40 años.
“En la actualidad, es difícil aplicar el modo Cieplan: dialogar para encontrar consensos. ¿Por qué hoy eso se ve tan difícil?”, se preguntó el ministro, a lo que respondió que se debía a tres factores: el rol de las mayorías hoy, que hace más fácil prescindir de la oposición; el individualismo de la acción política; y el programa de gobierno de la Nueva Mayoría.
Sobre el primer punto fue donde Valdés puso mayor énfasis, señalando que es “complejo” encontrar acuerdos sin los “límites” que establecía la oposición, lo que resulta en una mayor “oposición interna”, lo que “da más poder a los díscolos y hace muy complicado encontrar acuerdos” al interior del oficialismo.
“El programa de gobierno fue muy detallado y se hizo en un contexto en que hoy hay muchas restricciones económicas, lo que dificulta hacer política a lo Cieplan”, aseguró.
Sobre este punto, Valdés llamó a la coalición a sincerarse: “Muchas veces se disfraza la discusión para no aprobar un proyecto en que está mal hecho técnicamente, en lugar de decir que esa política no me gusta”, dijo.
“A fines de la dictadura, había cinco millones de pobres en Chile. Hoy, sin la obra de Cieplan, esos pobres serían 7,2 millones en lugar de los dos millones que hay hoy. Chile le debe mucho a Cieplan”, recalcó la autoridad.
El ex director ejecutivo de Cieplan, ex canciller y hoy senador, Ignacio Walker, respaldó la tesis de Valdés, señalando que “el país debe dejar atrás estas tesis refundacionales”.
“Afortunadamente, en la región los populismos de izquierda están en retroceso. El camino a seguir es el diálogo y los consensos”, lanzó.
Por su parte, Foxley hizo un llamado a “mejorar” la calidad de la política y la discusión en el país, recordando la figura del ex ministro Segpres, Edgardo Boeninger. “Ojalá que en Valparaíso se entienda que las soluciones fàciles y rápidas no sirven. Hay que esperar el momento. En Cieplan aprendimos que era indispensable aprender a escuchar”, dijo.