por Claudia A. Sánchez /
Sebastián Lago
Para hoy está programado que el mandatario cubano, Raúl Castro, reciba de manos de Sebastián Piñera la presidencia pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe (Celac) con lo cual se daría por terminada la cumbre de esta región, que se inició ayer, inmediatamente después de la clausura de la Cumbre Celac-UE.
Indudablemente Castro ha centrado la atención del encuentro tras los cuestionamientos que recibió de una gran cantidad de medios internacionales por el proceso político que vive Cuba. Es más, su asunción como presidente de Celac ha sido calificada como contradictoria, sobre todo asumiendo el cargo más relevante de un organismo que hace gala de su espíritu democrático.
Por ello, la foto de Piñera y Castro que está pactada para hoy al mediodía probablemente será la imagen más recordada de este fin de semana.
Pero ayer, en el marco de la inauguración de la Cumbre Celac, el presidente Piñera realizó un gesto político hacia el mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, el gran ausente de esta cumbre: “Un presidente que no está con nosotros hoy día, pero su visión, tenacidad y fortaleza tienen y han tenido un impacto muy profundo en la creación de esta comunidad de estados latinoamericanos y del Caribe y me refiero al presidente Hugo Chávez, y por supuesto que todos hacemos votos para que él pueda ganar esta batalla, tal vez la batalla más dura de su vida y la está dando con esa fuerza y coraje que siempre ha mostrado y que pueda reintegrarse con plenitud como presidente de Venezuela”, dijo Piñera, ante un emocionado Nicolás Maduro, quien escuchó estas palabras con atención.
También reiteró sus condolencias a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien debió adelantar su regreso por la tragedia del incendio en una discoteque en la que murieron al menos 232 personas, muchos de ellos jóvenes universitarios.
En su discurso de inauguración, Piñera hizo hincapié en la unidad latinoamericana para seguir en el camino del crecimiento. “La unidad de este continente es, sin duda, una condición necesaria porque nos va a permitir llegar más lejos, pero no es suficiente porque, sin duda, la meta requiere de compromiso, de visión, liderazgos, requiere de voluntad. Y la meta es hacer de que nuestro continente deje el mundo de los países en desarrollo, y pueda derrotar la pobreza y que se cree una sociedad de mayores oportunidades”.
En ese contexto, el mandatario chileno dijo que América Latina “enfrenta un panorama provisorio. Podemos a partir de lo que junto hemos logrado, construir un futuro no sobre arena, sino sobre roca y alcanzar lo que nuestros antepasados siempre anhelaron, pero nunca lograron. Durante estos dos siglos no logramos la igualdad de oportunidades y por eso razón hay que mirar el futuro. Hemos logrado pero no logramos aprovechar en estos dos siglos todas las oportunidades y dejamos pasar por ejemplo, la revolución industrial”.
El jefe de Estado manifestó que ahora “no podemos repetir esa historia y tenemos que aprender de otras experiencias como de Europa que a pesar de la crisis por la que está atravesando, es un continente que ha tenido dos guerras, pero logró llegar a una integración y está buscando ahora una integración no sólo económica “.
Dijo que el panorama de económico para América Latina es “muy auspicioso porque estamos ante un mundo nuevo de tecnologías de la información y que ha ofrecido oportunidades no sólo en el mundo económico sino en la democracia, y en el campo de la integración y en el campo de que ya se acabaron las barreras que dividían al mundo del norte con el del sur. No basta con quejarse de lo que no hemos logrado, sino que hay que ver qué vamos a hacer porque América Latina está viviendo un verdadero renacimiento: hemos recuperado la capacidad de crecimiento, hemos recuperado las democracias y hemos empezado a reducir la pobreza y esas son las cartas credenciales que tenemos para enfrentar lo que viene por delante”.