Por José Carlos Prado
A febrero de este año, los dos fondos soberanos que tiene el país acumulan activos por más de
US$ 20.000 millones. Dicho monto es invertido en distintos tipos de instrumentos a nivel mundial, buscando siempre una rentabilidad por sobre los recursos depositados.
Es precisamente por esto último que el Comité Financiero, instancia que asesora al Ministerio de Hacienda en las políticas de inversión de ambos fondos, está evaluando seriamente recomendar la eliminación de algunos países de la cartera, debido a una serie de dificultades que impiden una mayor retribución por mantener en ese lugar los activos.
Según consta en el acta de enero de este año, el gerente de la División de Operaciones Financieras del Banco Central, Beltrán de Ramón, asistió a dicha sesión para presentar las principales características de los impuestos que afectan a ambos fondos soberanos y detallar aquellos países en los cuales la administración y operación de los fondos invertidos resulta “compleja”.
Al escuchar esta presentación, continúa el acta, “los miembros del comité constataron estas dificultades, manifestando que, en principio, estarían dispuestos a recomendar la eliminación de algunos países en los cuales las complejidades y/o tasas tributarias reducen significativamente el retorno de las inversiones”.
En busca de mayor retorno
Cercanos a este análisis, aclaran que esta eventual recomendación no incluiría una gran proporción de benchmark (compradores referenciales), ya que se explica, además de las complejidades tributarias, porque el solo hecho de tener a un asesor en un país al final sale más caro que el retorno que está dando.
El comité aún está en etapa de estudio de los países, razón por la cual todavía no se establece los que serán eliminados.
“Cuando se invierte en forma pasiva se hace en todos los países e instrumentos que el benchmark te propone, eso incluye países chicos y grandes. Bajo este escenario y para tratar de facilitar la administración y que sea más eficiente en términos de costo, se está pensando en eliminar algunos”, sostienen conocedores de esta discusión.
De todos modos, en la misma acta de enero, el Comité advierte que la exclusión de cada país “deberá evaluarse cuidadosamente, considerando los costos de dicha eliminación”.
Políticas de inversión
Actualmente, el FEES acumula
US$ 14.858,94 millones, de los cuales el 85,18% está con una exposición crediticia soberana y el restante 14,82% en exposición bancaria. Al revisar por países, el mayor porcentaje se lo lleva EEUU, seguido de Alemania y en una menor proporción Japón, entre otros.
Los parámetros y las reglas particulares de inversión, así como las características que debe tener del instrumento y nivel de riesgo con que se invierten están claramente definidos por una serie de directrices que fija el propio Ministerio de Hacienda.
Lo mismo sucede con el Fondo de Reservas de Pensiones (FRP), no obstante, la cartera activos tiene acciones y de bonos corporativos que el FEES no registra. Este cambio comenzó recién el año pasado por recomendación del señalado Comité. (Ver recuadro)
El FRP mantiene US$ 5.829,13 millones a febrero de este año con poco más del 45% en bonos soberanos y otros activos relacionados. La mayor proporción, al igual que el FEES, la tienen EEUU con un 34,4%, seguido por Japón con un 14,3% y Reino Unido con un 10,3%.
Ahora, habrá que esperar la recomendación que la instación le entregue al jefe de las finanzas públicas, Felipe Larraín.
La rentabilidad de 10% en acciones que tiene el FRP
La inversión de una parte de los activos del Fondo de Reserva de Pensiones (FRP) en acciones y bonos corporativos está arrojando buenos resultados. Su estreno fue recién en 2012 y a febrero de este año, su rentabilidad está por encima de los otros instrumentos que componen su cartera.
Mientras las acciones acumulan una rentabilidad de 9,89% en los últimos 12 meses, los bonos corporativos están en 4,73% durante el mismo período. Estas rentabilidades se comparan positivamente con el 3,01% y -1,15% que acumulan los bonos indexados a inflación y los bonos soberanos, respectivamente.
Si bien invertir en instrumentos más riesgosos en época de incertidumbre económica como la que vive la econonomía mundial podría resultar contradictorio, los resultados indican lo contrario.
"No hay un período ideal para invertir en este tipo de instrumentos. Si uno mira lo que pasa en EEUU ve que el mercado accionario está súper activo e indicadores como el VIX señalan que la volatilidad es bajísima", explica un conocedor del tema.
Actualmente, el 20,3% del total de la cartera está en bonos corporativos y el 17,1% en acciones. Hace sólo un año atrás, estos porcentajes eran 11,6% y 7,2%, respectivamente.
La recomendación de invertir en este tipo de activos data de 2008, sin embargo, la caída de Lehman Brothers y el comienzo de la crisis internacional postergó su implementación hasta 2012. En un primer momento se recomendó que fuera en ambos fondos, lo que cambió con los años y dejó sólo al FPR con este tipo de inversión.