El debate en la Comisión del Hacienda de la Cámara de Diputados dejó en claro que la reforma tributaria ya no va más por las líneas generales. Este punto es compartido por el economista jefe de Banco Santander, Pablo Correa, quien opina que ahora que se conoce el proyecto con un poco más de detalle, aparecieron “puntos clave” que merecen una discusión un poco más larga y que se relacionan solo con el alza en la tasa impositiva.
Bajo su análisis, hay elementos vinculados con las atribuciones que se le están entregando al Servicio de Impuestos Internos (SII) que si bien no implican un aumento en la recaudación pueden tener consecuencias para todos los contribuyentes. Otro tema es si efectivamente la tasa para las sociedades anónimas va a ser de 35% dependiendo si van a tener que retener un 10% adicional o no.
“Diría hoy que la eliminación del FUT y traspasarse a una base devengada está relativamente internalizado y más bien hay que centrarse en los detalles -como ese 10% de retención-, el impuesto a las ganancias de capital sobre las transacciones de bienes raíces, ese tipo de elementos”, manifestó Correa.
En este contexto, estima que la discusión sobre la reforma tributaria no tendrá uno, sino varios puntos complejos. “Los titulares de la reforma están incorporados, pero el tema de mercado de bienes raíces, facultades de Impuestos Internos, lo que va a pasar con el impuesto a la ganancia de capital en el mercado financiero, no está claro. Creo que van a ser muchos puntos “más pequeños” que van a ir emergiendo en la medida que avance la discusión”.
El economista se refirió a los cambios en los impuestos específicos a los alcoholes y las bebidas azucaradas, señalando que la racionalidad de ellos es de partida discriminatoria.