Economía y Política

Diputado Jorge Burgos: “Es importante que siga existiendo una coalición de centroizquierda donde el centro sea la DC”

El diputado y primer vicepresidente de la DC analiza la semana política, incluida la visita de la directiva a La Moneda. Habla de la necesidad de consensos, reforma tributaria y rechaza la opción de los plebiscitos.

Por: | Publicado: Sábado 13 de agosto de 2011 a las 05:00 hrs.
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Por Patricia Arancibia Clavel


Jorge Burgos Varela (55) es diputado por el distrito Providencia-Ñuñoa desde el año 2001 y como primer vicepresidente de la actual mesa directiva de la Democracia Cristiana (DC) asistió esta semana a La Moneda a conversar con el gobierno, con la finalidad de abrir espacios de diálogo y buscar salidas a la difícil situación que enfrenta el país a raíz de las movilizaciones sociales. Claro, equilibrado en sus juicios y siempre abierto a los consensos y acuerdos, está convencido que su partido tiene un importante rol que cumplir en estos momentos de crisis.

- ¿Compartes el juicio de Frei respecto de que Chile está al borde de la ingobernabilidad?

- No sé si la palabra más exacta para calificar lo que estamos viviendo es ingobernabilidad, pero si detrás del concepto lo que ha querido decir Frei es que estamos en una situación compleja, comparto su juicio. Esta situación da cuenta de la necesidad de establecer reglas de convivencias diversas para lo que viene. Nosotros tuvimos una arquitectura institucional durante los 20 años de democracia, post régimen militar, que a mí juicio tuvo grados de consenso explícitos y tácitos que nos permitió progresar como país. Creo que esa arquitectura, con todos los parches y modificaciones que le hicimos, llegó a su fin y es indispensable desde los poderes constituidos, desde el gobierno, desde el poder legislativo, con urgencia dedicarse a buscar consenso en un nuevo pacto constitucional.

- ¿Por ello junto con el presidente del partido y otros miembros decidieron ir a La Moneda el lunes?

- Creo que nuestro país está en un punto de inflexión, entre riesgos y oportunidades. Nosotros en el 90 fuimos capaces de ponernos de acuerdo en diseñar un camino, un derrotero -no unánime, pero con ciertos acuerdos- entre la Concertación y la oposición, que fue básico para la gobernabilidad. Si los políticos de hoy que ya no son los mismos de antes somos capaces de hacer lo mismo, vamos a estar contribuyendo a tener un mejor país. Creo que el objetivo fundamental es buscar caminos de diálogo. A mí me llama la atención que haya que explicar tanto que un partido político quiera dialogar. Creo que eso está en la esencia de un partido. Los partidos políticos no pueden convertirse en agitadores.

- ¿Hay en La DC un cambio de actitud? Hace dos semanas, junto con el resto de la Concertación, dejaron plantado al presidente…

- No voy a retirar lo dicho en su momento. Fue un error y hay unanimidad en que lo fue. Yo habría ido donde el presidente, aún sólo para decirle que había poco que hablar mientras no recibiera a los estudiantes. Los presidentes de partido han dado explicaciones del por qué ocurrió. Me pongo en sus zapatos y me imagino que no debe haber sido fácil, pero el efecto no fue bueno.

- No todos en el partido vieron positivamente el acercamiento de la directiva al gobierno.

- Hubo opiniones críticas de algunos, pero creo que es legítimo que una directiva que fue elegida hace poco más de un año con el 60% de los votos tome una decisión de esta naturaleza. No pretendemos unanimidad, no me asusta la discusión en la medida que sea a través de los canales regulares. Si aquellos que creen que nos hemos equivocado, bueno, tienen las instancias para llevar sus políticas al Consejo Nacional, más adelante a la Junta y en menos de un año hay una elección en el partido y si son elegidos otros que tienen otras visiones, el partido decidirá. Yo seré oposición probablemente, pero les puedo decir a varios que voy a ser una oposición mucho más leal de la que hemos tenido hoy nosotros.

- ¿Cuál fue el fondo de la conversación con el gobierno?

- De la necesidad de abocarse, ya no como una opción sino como una necesidad urgente, en establecer modificaciones al marco constitucional que permita hablar de una nueva institucionalidad política.

- ¿Eso implica reforma constitucional?

- Sin duda, no en todo, pero sí en los aspectos centrales: reforma al sistema electoral, término de normas de supra mayoría a ciertas leyes que son excesivas; modificaciones en materia de gobiernos regionales y en gobierno comunales, entre las más importantes.

- ¿Y reforma tributaria?

- Lo hablamos como uno de los elementos que requiere este nuevo diseño, pero la reunión fue fundamentalmente destinada a las reformas políticas. Se mencionó la necesidad de un nuevo pacto tributario, pero nos destinamos a lo que nos pareció prioritario. Con todo, me parece que hay que sentarse a conversar sobre este tema que está absolutamente relacionado con políticas sociales en el marco educacional, laboral y de salud.

- ¿Cómo manejar la violencia en las calles, si los convocantes no se hacen cargo ni se sienten responsables?

- Con esta cantidad de manifestantes es muy difícil evitar que grupos minoritarios estén disponibles para confundir la manifestación democrática con actos de violencia. Yo tengo la impresión que eso sólo puede acotarse, pero evitarse me parece muy difícil. Ahora, si sigue escalando la violencia, se va a producir un problema complejo para los convocantes, ya que hay personas que adhieren con mucha honestidad a lo que están haciendo, pero consideran inaceptable los actos que se están viendo en estos días.

- ¿Qué responsabilidad tiene la Concertación en la movilización social y cuestionamiento a la democracia representativa?

- Sería un error decir que no tenemos responsabilidad y que es absolutamente de otro. No creo que en estos procesos alguien pueda alegar irreprochable conducta anterior. Pero, como en todo, hay distintos grados de responsabilidad. La Alianza, cuando fue oposición como ahora que es gobierno, se demoró mucho en entender la necesidad de un cambio más sustancial del marco constitucional. Hubo intentos de modificaciones como las que planteamos ahora y nunca estuvieron los votos, protegidos en el binominal y en las leyes de supramayoría. Pero de alguna manera -y este es un juicio personal, no arrastro a nadie-, hubo un cierto acostumbramiento a eso y creo que nos estaríamos evitando algunas situaciones si la clase política hubiera entendido que había un ambiente social que hacía indispensable cambios.

- ¿No será un poco tarde?

- No dudo en que ha habido una tardanza, pero aún tarde, creo que no hay otra solución. Hay que tomar el camino a pesar de los lomos de toro, porque no creo que la solución sean democracias directas: no han funcionado en ninguna parte del mundo. Sabemos quiénes son los que gobiernan a través de consultas y plebiscitos y en que terminan. El camino no va por ahí, no producen ni más democracia ni más igualdad, ni más desarrollo.

- Pero se está socializando la idea de resolver ciertas cuestiones fundamentales a través de plebiscitos. Lo han señalado dirigentes estudiantiles y parlamentarios…

-Entiendo que un país convoque a un plebiscito para determinar si se entra o no a la OTAN, pero no para zanjar temas como el de la educación. Para eso están los canales institucionales. Cuidado con eso. A mí no me gustaría que se plebiscitara en Chile si se aprueba o rechaza la pena de muerte. Correríamos el riesgo que se aprobara cada vez que hay un asesinato grave. Las cosas no son así. El gobierno debe llevar a la brevedad los proyectos de educación al Congreso, tenemos que buscar los votos necesarios para aprobarlos, escuchando por cierto a los estudiantes y escuchándolos más de lo que lo hemos hecho antes. Ahora, si no están los votos, bueno, la reforma binominal nos permitirá tener en las próximas elecciones las mayorías para los cambios. Ese es el camino.

- Podrán no doblegarse a las presiones tanto de los actores sociales como de la Concertación para defender la institucionalidad vigente y seguir en el camino del diálogo

- Siempre en la vida existen presiones y hay cierta agitación que se ha trasladado al Parlamento. De repente hay algunas propuestas parlamentarias que parecen más de agitadores, pero los partidos con vocación democrática, con una trayectoria de búsquedas de acuerdo y de respeto a la democracia como el nuestro, no puede borrar con el codo lo que ha sido su historia.

- ¿ Ves algún peligro que volvamos a una situación parecida a la de los ‘70?

- Los países aprenden. Hay todavía una generación de políticos que formaron parte de esa historia y que están vigentes, lo mismo que buena parte de los padres de los chiquillos que están en la calle. Todos ellos conocieron esa historia y como terminó. Tengo la impresión de que nuestro país va a tener la capacidad de salir adelante.

- Pero no deja de ser preocupante…

- Pero hoy este es un país distinto, es mejor. Soy de los que cree que nosotros -problemas más o problemas menos- venimos saliendo de los 20 mejores años de la historia republicana. Tenemos la gran oportunidad de pasar al desarrollo y no la debiéramos perder. No podemos pasar por encima de la memoria de tantos que dieron su vida por un Chile mejor.

- ¿Donde está la DC hoy? ¿Está cómoda en la Concertación?

- Somos un partido de oposición que está tratando de contribuir a salir del momento complejo que vive el país. Dicho esto, nosotros creemos que para que Chile sea más justo, más igualitario, más tranquilo, es importante que siga existiendo una coalición de centroizquierda, donde el centro sea la DC. Para que eso tenga legitimidad, la Concertación, más allá del rol de oposición, tiene que ser capaz de decirle al país como lo dijo a fines de los ‘80, qué es lo que queremos para los próximos 20 años, seamos elegidos o no y para eso hay que ponerse de acuerdo y estar dispuestos, todos, a hacer renunciamientos. Ese proceso no lo hemos hecho y nos hemos dedicado a la coyuntura. Qué sentido tiene volver a gobernar, si no tienes las líneas esenciales de lo que vas a hacer como gobierno. Puede pasar que aunque ganemos, terminemos peor que Piñera.

- ¿Queriendo ser el centro, no parece contradictorio un pacto electoral con el PC?

- Tenemos un eventual acuerdo electoral para la elección de alcaldes con el PC que tiene que ver esencialmente con la recuperación de alcaldías para la Concertación. No es un pacto de gobierno. La DC a mí juicio no tienen ninguna posibilidad de hacer gobierno con el PC porque tenemos visiones completamente distintas de la sociedad.

- En cuanto a las candidaturas presidenciales de la Concertación. ¿Velasco o Bachelet?

- Voy a hacer todo lo posible para que en la primaria de la Concertación participe un DC. Me parecen súper mal los DC que salen hoy día a proclamar candidaturas que no son del partido. Lo peor que puede hacer un partido es renunciar a llevar un hombre o mujer de sus filas a una primaria. A lo mejor termina siendo así, pero no empezar así. Creo en todo caso que no es tiempo de candidaturas sino de propuestas y voy a seguir trabajando en eso.

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