La posibilidad de que los beneficios pactados en la negociación colectiva puedan extenderse al resto de los trabajadores sólo mediando acuerdo entre sindicato y empleador, ha sido uno de los puntos de conflicto en el debate de la reforma laboral, hoy en discusión en la comisión de Trabajo del Senado.
Un informe del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales (Clapes) de la Universidad Católica concluye que en la mayoría de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se permite la extensión voluntaria de beneficios, sin mediar acuerdo sindicato-empleador.
En el escrito, se analiza la situación de 27 países del denominado “club de los países ricos”, concluyendo que en 20 se permite dicho mecanismo.
“De ahí que en los países desarrollados, la tendencia ha sido hacia extensión de la cobertura de los instrumentos colectivos hacia los trabajadores no sindicalizados. Esto se opone a la reforma actualmente discutida que busca impedir la extensión de los beneficios”, señala el informe.
Con cifras en mano, Clapes plantea que según datos de la Encla 2011, entre 65% y 70% de los empleadores en Chile extendía beneficios de manera voluntaria al resto de los trabajadores no sindicalizados, práctica que es realizada más por las pequeñas empresas (76%) que las grandes compañías (65,2%).
“No se puede argumentar que la extensión de beneficios sea una práctica privativa de las grandes empresas con miras a socavar la actividad sindicial”, expone Clapes en su análisis.