El Informe de Política Monetaria de marzo de 2013, publicado el día de ayer, puso fin a la expectación reinante en los mercados respecto de cuál sería la posición del Banco Central sobre una eventual intervención cambiaría, sobre todo considerando las señales enviadas por el Ministro de Hacienda quien, durante el primer trimestre, aseguró que el gobierno apoyaría una intervención cambiaría del Banco Central.
Sin embargo, al igual que en septiembre del año pasado, el Banco Central reafirmó su posición planteando que la intervención cambiaria es un instrumento utilizado en el pasado y disponible en la actualidad, pero su implementación sólo se justifica “para corregir sobre-reacciones en el valor de la moneda respecto de sus fundamentos de mediano y largo plazo o como forma de construir una posición de reservas internacionales, lo que entrega mayor seguridad en caso de un deterioro abrupto del financiamiento externo”.
En este sentido, la entidad emisora estableció que, aunque en la parte baja del rango, el tipo de cambio real sigue en torno a su nivel de equilibrio. Entre los factores que explicarían la apreciación del peso destacan la posición cíclica de la economía chilena respecto de otros países. En efecto, durante el periodo 2010-2012, el PIB de Chile creció en promedio 5,8% anual, mientras que el resto del mundo creció en torno al 4% anual. Asimismo, los elevados diferenciales de tasas de interés con el mundo desarrollado han favorecido el ingreso de mayores flujos de capital a Chile.
Por último, hoy los términos de intercambio son más del doble de lo que habían a principios de la década pasada.
Por otro lado, igual preocupación existía en los mercados respecto del aumento excesivo del gasto que estaba experimentando la economía chilena, supuestamente financiado con ahorro externo, y del consecuente potencial aumento en la tasa de política monetaria.
No obstante, el Banco Central planteó que el dinamismo de la demanda interna había sido liderado por la inversión, especialmente en la minería, financiándose esta con flujos de inversión extranjera directa por lo que el déficit de cuenta corriente de 4,4% del PIB en 2013 no sería tan preocupante.
Así, desde mi punto de vista el escenario más probable es que el Banco Central no va a intervenir en el tipo de cambio durante el 2013, a no ser que se produzca un rally significativo en el valor del peso que llevase el tipo de cambio a niveles entre $ 400 y $ 450, ni tampoco va a aumentar la tasa de interés de política monetaria en el corto plazo.