Con beneplácito se recibió en el mercado local el lunes pasado la noticia sobre el Premio Nobel de Economía correspondiente a 2025. No sólo por el tema que fue distinguido por la Real Academia Sueca de Ciencias, como es el impacto de la innovación en el crecimiento alrededor del mundo, sino que también por los nombres detrás del reconocimiento: Joel Mokyr, por una parte; y Peter Howitt y Philippe Aghion, por el otro.
Esa positiva acogida se notó en particular entre los organizadores de la conferencia Exponencial UDD, cuya programación prevista para este jueves consideraba al francés Aghion. De hecho, una concurrida aula magna de la Universidad del Desarrollo escuchó la presentación telemática del académico del College de France, Insead y de London School of Economics (LSE) sobre “El poder de la destrucción creativa”, precisamente el trabajo realizado junto a Howitt, que estuvo detrás de su obtención de la medalla sueca.
“La innovación de vanguardia cobra cada vez más importancia para el crecimiento a medida que un país se acerca a la vanguardia tecnológica”, dijo el Premio Nobel.
Fue en ese marco que dejó un mensaje claro para el país: “En Chile tienen un problema en educación. Su educación puede ser mejor. Tienen que trabajar en eso”, afirmó al profundizar en los nuevos desafíos que establece la inteligencia artificial (IA) al escenario donde se desarrolla la teoría del crecimiento sostenido a través de la destrucción creativa.Este concepto, popularizado por el economista austríaco Joseph Schumpeter, se refiere al proceso de innovación constante, donde las nuevas tecnologías y productos reemplazan a las viejas.
“La innovación de vanguardia cobra cada vez más importancia para el crecimiento a medida que un país se acerca a la vanguardia tecnológica”, dijo el Premio Nobel.
En ese sentido, llamó a que las instituciones impulsen la innovación de vanguardia más que la imitación. En esto, actores como inversionistas institucionales, venture capital, y el research, entre otros, juegan un rol clave, opinó.
“La competencia también es clave”, sumó el economista francés.
Frente a los cuestionamientos que existen respecto a la innovación, Aghion argumentó que “aumenta la movilidad social” y que, a su vez, no incrementa la desigualdad general.
Mayor innovación, se traduce en más ingresos, aseguró.
Respecto al rol de la IA, el académico sostuvo que esta “debería impulsar el crecimiento de la productividad, ya que automatiza tanto la producción de bienes y servicios como la producción de ideas”.
Y advirtió que, pese a que la inteligencia artificial tiene un alto potencial, “una política de competencia inadecuada puede obstaculizarla”.