El Producto Interno Bruto (PIB) de la Región del Biobío registró una contracción de 4,2%, el peor desempeño a nivel nacional, según los datos entregados esta mañana por el Banco Central para el tercer trimestre de 2025.
El balance, contrariamente a lo que experimenta Biobío, mostró un crecimiento de 1,6% en el PIB a nivel nacional.
El retroceso del dato regional fue resultado de factores climáticos, como la menor disponibilidad de agua para la generación eléctrica y un retroceso significativo en la industria manufacturera, fuertemente marcado por un débil desempeño de la pesca y la comercialización de celulosa.
Desde el mundo empresarial, la lectura de las cifras apunta a factores estructurales y de mercado. Álvaro Ananías, presidente de la CPC Biobío, analizó la contracción de la industria manufacturera poniendo énfasis en la pérdida de valor más que de volumen de la producción.
"Estamos pasando una época compleja. Hoy el precio de la celulosa está muy bajo y eso nos impacta fuertemente; no en el volumen de exportación, sino en el valor. A esto se suma que el tipo de cambio está bajando porque el cobre sube y nosotros acá exportamos en dólares. Cuando el tipo de cambio baja, nos afecta directamente en la rentabilidad", señaló Ananías.
El presidente de la multigremial enfatizó en que la Región del Biobío ha entrado en un "ciclo complejo", insistiendo en la urgencia de avanzar en iniciativas que destraben la inversión para contrarrestar la dependencia de los ciclos de precios internacionales.
Contrastes regionales
En el extremo opuesto al Biobío se sitúa la Región de Aysén, que anotó un crecimiento de 8,2% impulsado por el dinamismo de la salmonicultura. Asimismo, la Región de Los Lagos destacó con un avance de 5,3%, favorecida precisamente por las industrias alimenticias y pesqueras que en el Biobío mostraron signos de agotamiento.
Si bien O’Higgins (-3,3%) y Maule (-3,3%) también registraron caídas, la magnitud del retroceso penquista es casi un punto porcentual superior. Sólo la Región de Ñuble logró escapar del signo negativo en la zona centro-sur con un incremento de 1,8%, gracias al impulso de la industria de alimentos y celulosa, evidenciando que el impacto de los commodities no fue simétrico en todo el territorio.