Informe de la CMF sugiere la “hibernación” como el mecanismo para afrontar la crisis económica por Covid-19

Pese a que se ha proyectado de qué forma se podría dar la recuperación económica luego del coronavirus, la discusión desde que comenzó la crisis también se ha enfocado en cuáles son los mejores mecanismos para afrontarla.

Ante este escenario, el documento de trabajo “Las empresas de financiamiento en la hibernación durante la pandemia del COVID-19”, elaborado por la Comisión para e Mercado Financiero (CMF), sugiere precisamente este mecanismo como una de las herramientas más efectivas para hacer frente a la crisis económica que ha conllevado la enfermedad.

“Dada la naturaleza transitoria del choque, una buena opción podría ser lo que llamamos "hibernación": ralentizar la economía hasta que la pandemia esté bajo control, mientras se utiliza la política fiscal para compensar algunas de las muchas pérdidas que la economía necesita resistir”, indicó el texto.

Pese a que la hibernación tiene por objeto congelar las relaciones de las empresas con sus interesados, pero no congelar a las empresas o la propia economía, desde la CMF recalcaron que esta “no sería una solución sencilla, ya que las relaciones entre las empresas y sus diferentes partes interesadas, además de los contratos que las apoyan, podrían necesitar ser renegociados para compartir de alguna manera la carga del período inactivo”.

Deuda soberana y solvencia

En tanto, el documento recalcó que, debido al aumento del riesgo mundial, los países en desarrollo también se han enfrentado a una parada repentina en las entradas de capital, además de mayores costos de emisión de nueva deuda en los mercados de capital y fuertes depreciaciones de sus monedas nacionales.

“Estos importantes desafíos macroeconómicos, combinados con las grandes necesidades de financiación que surgen de la conmoción de la pandemia, podrían desencadenar amplias reestructuraciones de la deuda soberana”, señaló el texto.

Por otra parte, el informe añadió que las economías podrían ser seguidas por una turbulencia generalizada en el sector empresarial, especialmente en los países en que las empresas entraron en la crisis con altos niveles de deuda pendiente. De esta forma, “las cuestiones de liquidez en los países en desarrollo podrían convertirse rápidamente en problemas de solvencia, tanto a nivel de empresa como de país”, expresó.