La tesis según la cual Donald Trump apuesta por un mundo donde las grandes potencias -Estados Unidos, Rusia y China- deben resguardar sus propias zonas de influencia no es compartida por el analista senior de política hemisférica y geopolítica, Eric Farnsworth.
Sin embargo, desde el Center for Strategic and International Studies en Washington, destaca la nueva Estrategia Nacional de Seguridad (NSS, por su sigla en inglés) de EEUU, distinguiendo en ese giro oportunidades y riesgos para América Latina.
Conocedor del vínculo bilateral chileno-estadounidense, gracias a su larga trayectoria en el Council of the Americas -institución de la que fue su vicepresidente- asegura que con el Gobierno del Presidente electo, José Antonio Kast, puede haber mayor colaboración, pues comparten con Trump tres preocupaciones: migración, seguridad y Venezuela.
“De concretarse (un ataque de EEUU a territorio venezolano), cambiaría la trayectoria del hemisferio y pondría de nuevo sobre la mesa el uso de la fuerza para desalojar una dictadura”.
- 2025 fue un año disruptivo en la arena internacional de la mano de Trump. ¿Hasta qué punto 2026 consolidará o corregirá los giros que hemos visto?
- Creo que 2026 será una continuación de 2025. Hubo cambios en el hemisferio provocados por la política de EEUU2x, como Venezuela, la política antidrogas… Pero también hubo cambios internos en la región que no tienen que ver con EEUU: elecciones en Honduras, Argentina, Bolivia y Chile. Todos estos temas se refuerzan entre sí, pero tienen génesis distintas. Además, la nueva NSS muestra un foco continuo en el hemisferio occidental, por lo que 2026 será en gran medida una continuación de lo que hemos visto en 2025.
- Hay una tesis que sugiere que Trump opera bajo la lógica de que las grandes potencias deben enfocarse en sus propias esferas de influencia. ¿Concuerda?
- La administración Trump está comprometida con aumentar la importancia de la región. La NSS identifica claramente a China y sus actividades en el hemisferio como un desafío, así que no veo una división del mundo tipo “EEUU hace el hemisferio occidental, Rusia a Europa y China a Asia”.
- En ese marco, ¿cómo podría seguir evolucionando la relación bilateral chino-estadounidense?
- China es una potencia mundial y EEUU tiene con ellos una agenda bilateral, regional y global. Trump ha dicho que quiere viajar a China y ha invitado a Xi a Washington. La visita podría darse en abril, y buscarán condiciones favorables, quizás con temas como venta de microchips de alta gama.
La relación evoluciona paso a paso en un contexto donde Taiwán es muy significativo para EEUU. Hay compromiso de defensa fuerte.
- Preocupa que EEUU no preste suficiente atención a Europa en medio de las tensiones con Rusia...
- EEUU siempre prestará atención a Europa, porque es un socio económico, militar y estratégico fundamental. Pero la relación está cambiando. Washington está insistiendo en que Europa pague más por su defensa y asuma más responsabilidad para reducir su dependencia de EEUU. La administración ha dejado claro que las relaciones económicas y de defensa están vinculadas: si se quiere compromiso en defensa, debería haber acomodación económica.
Oportunidades
- Volviendo a la nueva NSS de EEUU y su foco en América Latina. ¿Qué riesgos y oportunidades ve para los países de la región?
- Sí, hay de ambos. Hay objetivos relacionados con América Latina pero no específicos a la región: migración y seguridad fronteriza; narcotráfico; actividades chinas; y trabajar con países que colaboren estrechamente con EEUU, ofreciendo incentivos. Los países son soberanos y tomarán sus decisiones, pero hay oportunidades para quienes alineen intereses, especialmente en comercio e inversión.
- El Presidente electo de Chile, José Antonio Kast, y Trump comparten prioridades en torno a la migración y seguridad. ¿Ve espacio para una mayor colaboración?
- Sí. Ambas son democracias fuertes. Hay espacio para cooperar. Chile enfrenta temas similares a EEUU. Intercambiar información y mejores prácticas sería útil.
Hay un tema relacionado: Venezuela. Si el próximo Presidente de Chile toma una postura fuerte respecto a Nicolás Maduro y apoya a Edmundo González y María Corina Machado, sería visto como un gesto muy importante en Washington.
Además, muchos migrantes en Chile son venezolanos; si mejoran las condiciones allá, parte de la presión migratoria podría disminuir. Es un área obvia de cooperación.
- Chile mantiene buenas relaciones con China. ¿Recibirá crecientes presiones al respecto de parte de EEUU?
- El tema China es relevante: inversión con transparencia, anticorrupción y revisión para asegurar consistencia con los intereses de seguridad de Chile. Pero Chile necesita mercados para cobre y productos agrícolas; China debe ser parte de eso. La preocupación surge cuando la inversión china se extiende a temas como tecnología satelital, espacial o radares en Atacama. También 5G y el cable submarino, donde Chile tomó decisiones que se vieron como un éxito bilateral.
- ¿Es posible un ataque de EEUU a territorio venezolano?
- No creo que nadie quiera ver un ataque. Mostraría el fracaso del hemisferio en aplicar la Carta Democrática Interamericana, firmada por Chávez en 2001, que nunca se hizo cumplir. Un ataque dependerá de los objetivos de EEUU y del apoyo hemisférico. De concretarse, cambiaría la trayectoria del hemisferio y pondría de nuevo sobre la mesa el uso de la fuerza para desalojar una dictadura.