“Antes te robaban el teléfono; ahora te cortan un brazo por él”, dice Nur Faride, una joven en Santiago. Su frase refleja el clima que domina la campaña presidencial en Chile, donde la seguridad y la inmigración se han convertido en las principales preocupaciones ciudadanas.
Así inicia el diario The Economist un artículo en el que aborda los días previos a las elecciones generales que se realizan este domingo en el país, donde además se renovará la totalidad de la Cámara de Diputados y la mitad del Senado.
Según Ipsos, apunta el medio, un 63% de los chilenos afirma estar preocupado por la delincuencia, una cifra que supera incluso la de países con mayores índices de homicidios como México o Sudáfrica.
Con la reelección prohibida para el Presidente Gabriel Boric, la contienda exhibe un escenario muy diferente al de 2021, cuando su triunfo encarnó la promesa de una transformación progresista.
La izquierda llega con una sola candidata: Jeannette Jara, ministra del actual Gobierno y militante del Partido Comunista. Aunque encabeza cómodamente la primera vuelta, difícilmente alcanzará el 50% necesario para evitar el balotaje. Para ampliar su base, “ha restado importancia tanto a su etapa como ministra…como a sus vínculos con el Partido Comunista”, destaca The Economist. Su programa -centrado en el litio y el salario mínimo- está lejos de propuestas radicales.
Kast, el favorito de la derecha
El rival más probable de Jara es José Antonio Kast, quien ya perdió frente a Boric en 2021 y hoy aparece fortalecido en un electorado más escorado hacia la derecha. El líder republicano ha suavizado su conservadurismo moral para concentrarse en seguridad e inmigración, a las que culpa del deterioro del orden público.
Promete un “gobierno de emergencia”, cierre de fronteras mediante “zanjas, muros y drones” y la detención y deportación de inmigrantes irregulares. La estrategia se apoya en ejemplos externos: su partido estudia el modelo de seguridad del salvadoreño, Nayib Bukele. “Lo que nos interesa es precisamente aprender y comprender cómo lo hicieron”, explicó Arturo Squella, presidente del Partido Republicano, tras visitar el país centroamericano.
Aunque los datos muestran que la tasa de homicidios cayó de 6,7% en 2022 a 6,0% en 2023 y podría acercarse a 5% este año, el discurso de mano dura domina. Los expertos citados en el artículo recuerdan, sin embargo, que “las personas nacidas en el extranjero cometen menos delitos que los chilenos”, aunque estuvieron “ligeramente sobrerrepresentadas” en homicidios en 2022.
Dentro del sector, Kast disputa apoyos con Evelyn Matthei, exalcaldesa de Providencia y representante del establishment de centroderecha. Lideró encuestas durante meses, pero ha sido desplazada por la contundencia discursiva de Kast en materia de seguridad.
Además, un tercer actor ha irrumpido con fuerza: el diputado y exyoutuber Johannes Kaiser, aún más a la derecha. Ha defendido reinstaurar la pena de muerte y ha sugerido que apoyaría otro golpe de Estado si Chile volviera a un escenario similar al de los años '70. Propone incluso liberar a condenados por violaciones de derechos humanos durante la dictadura.
Las dudas por el Congreso
Si las encuestas se confirman, tanto Kast como Matthei derrotarían con holgura a Jara en segunda vuelta. Kaiser -si llegara a esa instancia- abriría aún más la incertidumbre. Lo que sí parece claro es que la derecha podría obtener una mayoría, aunque fragmentada, en ambas cámaras, algo inédito desde el retorno a la democracia.
En ese escenario, un eventual triunfo de Kast o de otro candidato de derecha en diciembre “podría llevar a Chile hacia un nuevo rumbo”, en palabras del artículo.