El legado del primer ministro Mario Monti en Italia ¿una oportunidad perdida?

La evaluación sobre las reformas que impulsó podría depender de si su agenda ayuda o no a dar forma a las políticas del próximo gobierno.

Por: | Publicado: Miércoles 19 de diciembre de 2012 a las 05:00 hrs.
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Poco después de que el Parlamento italiano apruebe el presupuesto 2013, probablemente antes del 21 de diciembre, esperamos que el primer ministro tecnocrático de Italia, Mario Monti, renuncie, generando una elección general, que esperamos que ocurra a fines de febrero de 2013.

Frecuentemente retratado en los medios internacionales como un salvador de Italia, hay creciente presión doméstica e internacional para que Monti ingrese a la arena política para continuar como primer ministro.

Creemos que el desempeño de Monti en el gobierno ha sido mixto. Fue exitoso en restaurar un grado de confianza de los inversionistas, pero su programa de reforma económica se mantiene incompleto, y su impacto en el panorama económico y fiscal de mediano y largo plazo se mantiene incierto. Quizás las expectativas iniciales eran excesivamente altas.

Uno de los logros más significativos de Monti ha sido supervisar un período de relativa estabilidad política que facilitó una restauración parcial de la credibilidad internacional de Italia, después de la crisis que precedió al colapso de desacreditado gobierno de centroderecha de Silvio Berlusconi en noviembre de 2011.

Esta relativa estabilidad y la promulgación de varias reformas económicas con el apoyo de los principales partidos políticos de Italia resultó en una caída gradual en los costos de endeudamiento soberano, pese a que Monti tuvo una ayuda considerable de las acciones y anuncios del Banco Central Europeo (BCE) mientras estuvo en el gobierno.



Costo del ajuste fiscal


La consolidación fiscal y la reducción de los que eran hasta entonces los insosteniblemente altos costos de endeudamiento formaron el pilar central de la política del gobierno cuando Monti y su gobierno de tecnócratas llegaron al gobierno a fines de 2011.

Para este fin se apuró inmediatamente en el Congreso un presupuesto de emergencia de 30 mil millones de euros. Pese al ambientes económico adverso a nivel doméstico y en el exterior, el gobierno ha tenido algo de éxito en el frente fiscal. Estimamos que el déficit fiscal bajó de 3,9% del Producto Interno Bruto en 2011 a menos de 3% del PIB en 2012. Nuevas medidas significativas incluyeron la reintroducción del impuesto local a las propiedades, que fue abolido por Berlusconi en 2008; una mayor mano dura con la evasión tributaria, y una reforma radical del sistema de pensiones.

De hecho, la reforma a las pensiones tendrá el impacto positivo más duradero en las finanzas públicas de Italia en el horizonte de mediano y largo plazo.

Sin embargo, el ajuste fiscal también ha sido menos exitoso de lo que se esperaba, y ha tenido un costo considerable para la economía.

En los últimos doce meses, el gasto de los consumidores ha caído y el desempleo ha subido, en parte por las medidas de austeridad necesarias para restaurar la confianza de los inversionistas.



Resultados mixtos


El legado mixto de Monti es más evidente si se consideran sus esfuerzos para reducir los cuellos de botella económicos estructurales y reimpulsar la economía. Dos importantes paquetes legislativos fueron presentados en 2012. El primero incluía medidas para aumentar la competencia en mercados de algunos productos y servicios, como la energía, y el segundo para reformar el mercado laboral.

Aunque actualmente es difícil evaluar su impacto económico a largo plazo, el avance en la desregulación del mercado fue alentador, aunque poco espectacular.

El avance en la desregulación del mercado laboral para impulsar la participación y corregir el desequilibrio entre trabajadores sobreprotegidos contra contratos de largo plazo y un creciente número de jóvenes con contratos temporales sin protección, fue menos exitoso.

El legado de Monti podría depender de si su agenda ayuda o no a dar forma a las políticas del próximo gobierno.

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