Europa y Estados Unidos son los mercados que concentran la demanda por los vinos biodinámicos y que han impulsado el desarrollo de este segmento en algunas de las viñas nacionales.
Sebastián Tramón, gerente de Sustentabilidad de Emiliana, explica que esto se da porque entre esos consumidores existe una conciencia alimenticia, social y ambiental más desarrollada.
Además, esto ha colaborado en subir el valor de las exportaciones. El precio de una de estas botellas comienza aproximadamente en 25 euros y, para tener una referencia, según la última estadística de Vinos de Chile, el precio promedio de una caja de nueve botellas de vinos tradicionales en la industria local es de US$ 28,05.
Esto ubica a los biodinámicos en la categoría de los vinos premium y super premium, lo que apoya el posicionamiento de los productores locales a en el viejo mundo.
"Muchos de los más renombrados vinos a nivel mundial, como Francia, Estados Unidos, Italia y Chile, son producidos bajo prácticas biodinámicas", destaca Tramón.
El gerente general de Viña Matetic, Arturo Larraín, explica que el 100% de sus plantaciones -153 hectáreas- se encuentran certificadas como orgánicas y biodinámicas por organismos internacionales.
Este ha sido un modelo que ha permitido que la viña se concentre en el mercado internacional, ya que anualmente exportan cerca de 44 mil cajas, lo que representa 70% de su producción.
Matetic también ha ganado posicionamiento internacional, ya que este año el EQ Syrah 2012 fue premiado como el mejor biodinámico del mundo por la International Wine Challenge, convirtiéndose en el primer vino nacional en conseguir este premio.
El ex presidente de la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos Enólogos de Chile y actual enólogo de Ventisquero, Sergio Hormazabal, explica que este es un segmento importante para posicionar a la industria local en el mundo, ya que "son vinos de nicho, que son preferidos por personas orientadas a la antroposofía y a los productos naturales, con un alto poder adquisitivo, pero además que tienen un bagaje importante en el tema del vino".
Un proyecto que está comenzando a incorporar algunos fundamentos de los biodinámicos es Tara de Viña Ventisquero. Las parras están ubicadas en el valle del Huasco y solo producen 500 botellas al año.
Hormazabal explica que una de las inversiones más grandes para la producción de vinos biodinámicos es la dedicación, ya que el agricultor debe considerar todo su entorno como integrante del proceso productor; las fases de la luna, los ciclos internos de la planta y pensar el suelo como algo vivo que es parte de su cultivo y no solo un soporte.