Así como llega el calor, el verano también pone de manifiesto la vulneración legal de diversos productos y sus respectivas marcas. ¿El ícono? Los anteojos de sol, uno de los objetos más falsificados.
Aquí no sólo se vulnera la ley de propiedad industrial o intelectual -de marcas como Chanel, Armani, Gucci,Ray-Ban u Oakley-, sino que también puede comprometer la salud.
“La falsificación y/o imitación cada vez más sofisticada de estos productos no solo afecta al dueño de la marca o patente desde una perspectiva económica, sino también en el detrimento de la imagen y el prestigio que va unido a la marca”, explica Max Montero, abogado del estudio jurídico Johansson & Langlois.
El experto agrega que a esto se suma el daño “a los consumidores que adquieren un producto de dudosa calidad, que puede afectar incluso su salud y contribuir sin quererlo a financiar indirectamente el terrorismo internacional”.