Los vuelos de Aerolíneas Argentinas
y su subsidiaria Austral, en proceso de transferencia del grupo
español Marsans al Estado argentino, sufrieron hoy demoras o
cancelaciones por tercer día consecutivo.
Los problemas afectan al menos a ocho vuelos locales programados
para hoy, a los que se suman algunos que quedaron pendientes ayer,
por lo que cientos de pasajeros se aglomeraron en el Aeroparque
"Jorge Newbery", de Buenos Aires.
Como ha venido ocurriendo durante el fin de semana, en la
terminal aérea se suceden las quejas de los viajeros, muchos de los
cuales han denunciado que los empleados de Aerolíneas Argentinas y
Austral no brindan explicaciones sobre las demoras, que en algunas
casos superan las 24 horas.
Entre el sábado y el domingo hubo 61 vuelos demorados y diez
cancelados en Aeroparque, la estación para viajes de cabotaje,
mientras que en el aeropuerto internacional de Ezeiza, a las afueras
de Buenos Aires, los retrasos son significativamente menores.
El nuevo gerente de Aerolíneas Argentinas, Julio Alak, ha dicho
que las complicaciones se deben a la "sobre-venta" de pasajes hecha
en la anterior gestión de la línea aérea de bandera y a la falta de
aviones operativos.
El ministro de Justicia, Aníbal Fernández, aseguró hoy que el
servicio de Aerolíneas Argentinas resulta "esencial" para la
actividad turística y comercial, por lo que "no se puede prescindir
de él".
La semana pasada Marsans y el Gobierno argentino firmaron un
acuerdo por el que el grupo español traspasará al Estado argentino
el 94,4% de las acciones de Aerolíneas Argentinas y el 97
por ciento de Austral.
La empresa tiene deudas por US$890 millones y pierde
cerca de US$1 millón diarios, además de tener la mitad de
su flota averiada.