A días del balotaje que definió a José Antonio Kast como presidente electo y a meses que debute un nuevo reordenamiento de fuerzas en el Congreso, el gerente general de Empresas Copec, Eduardo Navarro, sinceró sus expectativas de cara al que denominó "nuevo ciclo político", enfatizando la necesidad de no seguir postergando las grandes transformaciones.
En una editoral titulada "Pensar distinto. Pensar futuro", contenida en una nueva edición de la revista corporativa del holding ligado a la familia Angelini, Navarro señaló que "el nuevo ciclo político que se inicia debiera ser una adecuada oportunidad para recuperar la mirada estratégica y de largo plazo que Chile ha ido perdiendo".
Además de enfrentar las tareas apremiantes, como son los temas de seguridad y recuperar el ritmo económico, planteó que "no podemos seguir postergando las grandes transformaciones que se requieren para hacer realidad los sueños de un mejor país. Ese sueño que nos habla de ambiciosos proyectos, así como también de los inevitables sacrificios".
A juicio del CEO, el país necesita una "hoja de ruta compartida", capaz de abordar tanto las urgencias como los desafíos estructurales de los tiempos que se viven como -entre otros- el cambio climático y la irrupción de la inteligencia artificial en todos los ámbitos.
Y enfatizó: "Si algo ha demostrado la historia reciente, es que los países que logran avanzar en forma perdurable no son los que tienen más recursos, sino los que saben construir consensos en torno a sus prioridades fundamentales".
Las "condiciones esenciales"
Pero Navarro fue claro en puntualizar que para convertir las ventajas que tiene el país en desarrollo se necesitan algunas "condiciones esenciales". Entre otras, un Estado moderno y facilitador que, en vez de ser un obstáculo, propicie la generación de nuevos proyectos, velando, a su vez, por el medioambiente y el patrimonio natural del país.
"En Chile los proyectos de inversión toman mucho más tiempo que en otras latitudes, lo que inhibe decisiones de inversión y, por lo tanto, generación de empleo, crecimiento y bienestar. La modernización del aparato público no es solo un asunto técnico, es una condición política y cultural para que las cosas ocurran. Se requiere, además, un entorno tributario estable y competitivo, que ofrezca certidumbre al mundo emprendedor".
Añadió que "esto siempre será un activo relevante para generar confianzas, más aún frente a proyectos de inversión que verán réditos en horizontes largos. Y también es indispensable promover una cultura de consensos, que permita avanzar en grandes acuerdos, en pos de resolver tantos desafíos pendientes".
En su análisis, puntualizó que, aunque las cifras y los análisis son importantes, lo que define a una sociedad es su capacidad de imaginar el futuro. "Por eso es tan esperanzador constatar que hoy -después de años de escepticismo- el país vuelve a mostrar señales de optimismo. Según la Encuesta Bicentenario, el 59% de los chilenos cree que en los próximos 10 años se habrá alcanzado o avanzado significativamente hacia el desarrollo. Es el nivel más alto desde 2010", destacó.
"Ese optimismo no debe ser subestimado. Al contrario, es una oportunidad histórica para alinear voluntades, renovar liderazgos y volver a tener proyectos compartidos. Porque sin ellos los países se pierden en la trampa de la coyuntura, administrando crisis sin resolverlas del todo y postergando indefinidamente el futuro. Y para eso, tenemos que volver a pensar en grande, a pensar y actuar distinto", advirtió.
Y sentenció: "Porque el futuro no es un destino, es una decisión".
"El futuro exige que pensemos distinto"
Navarro se sumergió en el mensaje más profundo que han buscado transmitir y que va en línea con estas expectativas. Recordó la consigna "no más cortoplacismo" que ha levantado la compañía, pero apuntando esta vez a un segundo llamado denominado "piensa distinto, piensa futuro".
Según explicó, pensar distinto no es un eslogan creativo, sino un acto de valentía como -por ejemplo- "tener el coraje de mirar un poco más lejos, incluso cuando lo urgente nos lo impide".
"Es, también, detenernos y hacernos preguntas difíciles e incómodas, pensando en las futuras generaciones. ¿Cuáles son las condiciones necesarias para que todos desarrollen sus proyectos? ¿Cómo evitamos que la tecnología profundice desigualdades? ¿Son suficientes las medidas que estamos llevando a cabo para afrontar la crisis climática? ¿Qué queremos preservar de nuestra humanidad y qué no? No hay respuestas fáciles. Pero sí sabemos algo: el futuro exige que pensemos distinto", lanzó.
Esa forma de pensar distinto -aseguró- "debe permear hoy las grandes decisiones del país" porque Chile no parte de cero. "Contamos con ventajas estructurales que no podemos seguir desaprovechando", dijo.