Tras una reunión previamente agendada por Ley de Lobby, este viernes el Gobierno y la empresa Conexión Kimal-Lo Aguirre destacaron públicamente la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) que obtuvo la noche de este jueves la megalínea Kimal-Lo Aguirre, iniciativa que unirá Antofagasta y Santiago e involucra una inversión de unos US$ 1.500 millones.
Tras la cita, el gerente general de Conexión Kimal-Lo Aguirre, Sebastián Fernández, adelantó que "la RCA nos permite iniciar la construcción ya en diciembre y así asegurar la entrada en operación comercial como está prevista en mayo de 2029".
"La construcción va a partir en diciembre. Ahora bien, el proyecto va a requerir de distintos permisos desde aquí hasta el año 2029 y esto va a ser un tren de permisos que va a ir acompasado del desarrollo del proyecto. Para la obra que iniciamos en diciembre son aquellos que probablemente no requerimos permisos ambientales sectoriales que vamos a iniciar la tramitación ahora. Por lo tanto, no vemos elementos de riesgo significativos para iniciar la construcción en la fecha que tenemos programada", explicó Fernández.
El ejecutivo de la firma detrás del megaproyecto agregó que la aprobación ambiental de la iniciativa es una "muy buena noticia", especialmente en el marco de la COP 30 que llama a la urgencia de la acción. Y agradeció el esfuerzo de los distintos Servicios en poner todos los recursos para evaluar adecuadamente un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que ha sido probablemente -dijo- "uno de los más extensos y complejos que se ha tramitado ambientalmente en Chile".
El ministro de Hacienda, Nicolás Grau, señaló a su turno que, a partir de esta aprobación y el trabajo que se hará relativo a permisos sectoriales, "esta inversión va a poder partir su construcción este año; es decir, de forma muy pronta, más allá de que es un proyecto ambicioso, largo, que le va a tomar años lograr finalmente concluir".
Mientras, el biministro de Economía y Energía, Álvaro García, destacó que la aprobación del proyecto es una "gran noticia económica, social y ambiental para Chile". "Económica por la magnitud del proyecto de inversión y también porque genera un sistema eléctrico más seguro, más eficiente, más resiliente frente a los desastres naturales que inevitablemente ocurren en nuestro país. Ambiental, porque trae energía más limpia, evita la contaminación y la huella de carbono, y por su ingeniería también impacta menos el territorio. Y, social, porque va a habilitar para traer energía solar -que es más barata- desde el norte hacia el centro del país, y por lo tanto va a disminuir la cuenta en los hogares cuando el proyecto esté en plena operación”, detalló.
Y complementó que "va a facilitar las interconexiones internacionales de nuestro sistema eléctrico, generando las oportunidades de que Chile no solo se autoabastezca sino también exporte energía".
Junto con valorar el trabajo técnico del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), la directora ejecutiva de la entidad, Valentina Durán, reiteró que "hemos logrado la calificación de este proyecto con un 30% de reducción de los plazos en comparación con lo que se ha calificado este año".
Con esta aprobación, según el Gobierno, Chile alcanza el mayor monto de inversiones con evaluación ambiental favorable en un solo año, totalizando US$ 34.337 millones, cifra que supera el récord de US$ 32.000 millones registrado en 2013.
Impacto en las tarifas
Consultado por los beneficios que traerá esta megalínea, el biministro García precisó que "la energía solar y eólica, pero fundamentalmente solar que se producen en el norte del país es más barata, pero también sabemos que hay contratos eléctricos que vencen a lo largo del tiempo. Por lo tanto, este proyecto va a permitir traer energía más barata que van a sustituir gradualmente contratos más caros y, por lo tanto, a los consumidores al final del día les va a terminar reduciendo su cuenta".
Según detalló, fundamentalmente para las empresas eléctricas, "esta es una gigantesca noticia, porque hoy muchas empresas están vendiendo su producción prácticamente a cero, porque no logran transmitirla a los centros de consumo". "Ahora, pudiendo transmitirlas, van a poder cobrar lo que corresponde y por lo tanto sus inversiones se van a hacer más viables y vamos a permitirles que siga creciendo la generación limpia a lo largo del país", agregó.
Eso sí, indicó que no hay estimaciones sobre cuánto bajarían las tarifas por esta obra: "El proyecto tiene que entrar en operación para que ello ocurra. Y al mismo tiempo tenemos que licitar nuevos contratos que sustituyan a los que hoy se abastecen fundamentalmente a través de combustibles fósiles. Cuando esas licitaciones ocurran vamos a tener certeza respecto de los precios, pero la dirección del cambio es clara. Van a ser más baratos".