Los estados federados alemanes donde
existen plantas del fabricante de automóviles Opel estudian una
participación en la empresa filial del grupo estadounidense General
Motors (GM) ante la amenaza existencial de este último y la grave
crisis del sector.
Fuentes del gobierno del estado federado de Renania del
Norte-Westfalia revelaron hoy que ya se han celebrado varias
reuniones consultivas con representantes de los estados de Turingia,
Hesse y Renania-Palatinado con la participación del Gobierno
federal.
Esos cuatro estados quieren evitar que la crítica situación de GM
arrastre a Opel al abismo y no descartan adquirir participaciones en
la histórica firma alemana para mejorar el estado de su propio
capital.
El rotativo Westdeutschen Allgemeinen Zeitung informa hoy de que
los cuatro estados estudian también vías para que Opel abandone el
grupo de GM y vuelva a ser una empresa alemana.
General Motors necesita, según informaciones de la prensa
estadounidense, una ayuda urgente de US$5.000 millones para salir de la crisis y se espera que
mañana presente en Washington un severo plan de saneamiento que
incluirá previsiblemente la reducción de plantilla.
Opel emplea en Alemania a 26.000 personas en sus plantas de
Rüsselheim, Bochum, Eisenach y Kaiserslautern y, según la prensa
alemana, depende hasta tal punto de GM que carece de una cuenta
bancaria propia e independiente de su casa matriz norteamericana.
Este es uno de los problemas fundamentales de los estados
alemanes a la hora de respaldar a Opel, ya que temen que posibles
ayudas financieras vayan a parar directamente a las arcas de GM sin
beneficiar a su filial alemana.