Cuando recién comenzaba el segundo gobierno del expresidente Sebastián Piñera se puso en marcha una propuesta que gustó en la industria aérea.
US$ 25 ES EL VALOR ACTUAL DE LA TASA DE EMBARQUE PARA VUELOS INTERNACIONALES DE MÁS DE 500 KILÓMETROS
Se trató de una iniciativa que buscaba fomentar el turismo en el país a través de la reducción de las tasas de embarque en vuelos nacionales e internacionales. Este impuesto es un cargo obligatorio que se cobra al comprar un pasaje por el uso de la infraestructura y los servicios del aeropuerto. La mayor parte de lo recaudado llega a la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), organismo dependiente de la Fuerza Aérea de Chile y encargado de la seguridad aeronáutica y de la infraestructura aeroportuaria; mientras que el resto se distribuye entre el Fisco y la sociedad concesionaria a cargo del aeropuerto respectivo.
Así, durante el gobierno del Presidente Piñera y mediante un Decreto Supremo, las tarifas se redujeron de manera significativa. En vuelos nacionales la baja fue de un 40%, con precios que variaron según el terminal aéreo y el tipo de trayecto, oscilando entre $ 3.042 y $7.698, y con algunos viajes incluso exentos de pago.
En el caso de los vuelos internacionales, los viajes de hasta 500 kilómetros tienen una tasa equivalente a la máxima nacional, mientras que en los trayectos más largos las tarifas se redujeron de US$ 30 a US$ 25.
Sin embargo, este escenario podría cambiar en el corto plazo. Tres fuentes conocedoras de las tratativas confirmaron a Diario Financiero que la Dirección de Presupuestos (Dipres), dependiente de la cartera de Hacienda, presentó al Ministerio de Defensa una propuesta para aumentar las tasas de embarque de vuelos internacionales de más de 500 kilómetros en US$ 5, retomando así el nivel previo a la rebaja de 2018; lo cual fue corroborado por las autoridades.
Para dimensionar esta alza, cabe precisar que en el primer semestre de 2025 alrededor de siete millones de pasajeros llegaron o salieron del país en vuelos internacionales de más de 500 kilómetros, lo que generó ingresos por aproximadamente US$177 millones a través de las tasas de embarque. Con la nueva tarifa, este monto podría ascender a cerca de US$ 210 millones.
Las razones detrás de la propuesta
La Dipres explicó que la medida responde a dos motivos principales. El primero es corregir una distorsión que afecta al Aeropuerto Arturo Merino Benítez, desde donde despega más del 99% de los pasajeros de este tipo de vuelos.
Cuando Nuevo Pudahuel se adjudicó la concesión del aeropuerto, el contrato se estableció considerando la tasa vigente en ese momento, es decir, US$ 30. Con la rebaja de 2018 a US$ 25, la base contractual no se modificó, por lo que el Fisco ha debido cubrir la diferencia, lo que ha significado desembolsos fiscales cercanos a $ 20 mil millones cada año.
El segundo motivo se relaciona con el plan de convergencia fiscal a 2029 presentado por Hacienda al Congreso. El programa contempla una serie de medidas legislativas y administrativas destinadas a generar mayor espacio fiscal, incluyendo ajustes de tarifas en distintos servicios operacionales que permitirían recaudar $ 129.413 millones este año, $ 77.648 millones el próximo y estabilizarse en torno a $ 19.576 millones anuales desde 2027.
Pero eso no es todo. Fuentes de la industria señalaron que el alza también busca aliviar la presión sobre la DGAC, ya que las tasas de embarque representan su principal fuente de ingresos.
La institución -cuentan los conocedores- enfrenta hoy restricciones presupuestarias que se han traducido en problemas operativos, incluyendo falta de personal, huelgas por condiciones laborales e incluso la imposibilidad de operar algunos aeropuertos las 24 horas del día.
“El aumento de la tasa permitiría reforzar la dotación y mejorar la operatividad de los recintos aeroportuarios”, concluyó una fuente al tanto.
Mayores precios y golpe a la demanda, los efectos según la industria aérea
Para la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) y a la Asociación Chilena de Líneas Aéreas (Achila), la reducción de tasas había sido un paso clave para la expansión del transporte aéreo, atrayendo más aerolíneas y ampliando la red de rutas. Por eso, ambos gremios de la industria señalaron que un aumento de tasas tiende a desincentivar la demanda y que esto “sumaría otro nudo a la coyuntura que atraviesa actualmente el mercado aéreo chileno, donde aún no se ha recuperado la conectividad previa a la pandemia, ni operan todas las aerolíneas que lo hacían en ese entonces”.
“Impacta directamente en el precio final que paga el consumidor (...) Esto no solo puede reducir la demanda de pasajeros, sino también afectar la competitividad de Chile”, advirtió Jetsmart.
Por su parte, Latam alertó que “afectaría a los extranjeros que visitan Chile, limitando la llegada de inversión y el dinamismo que generan”.
Desde Fedetur señalaron que “sería un freno al proceso de recuperación y crecimiento que la industria del turismo ha venido experimentando tras años muy complejos”.
A su vez, Sky sugirió que “antes de buscar mayor recaudación a través de alzas de tasas de embarque, se revise de forma detallada el uso que actualmente se da a la recaudación efectiva de dichas tasas”.
Hoteleros de Chile dijo que si bien este importe es para financiar mejoras en los aeropuertos, “hoy observamos terminales con deficiencias relevantes en infraestructura y sistemas de aeronavegación”.