Hoteles Cumbres nació en 2009 en Puerto Varas, Región de Los Lagos, con la apertura de su primer recinto frente al lago Llanquihue. A partir de ahí, la marca comenzó una expansión gradual en el país, llegando a San Pedro de Atacama en 2013 tras la compra del entonces Kunza Hotel & Spa.
La compañía está preparando un plan de inversión de US$ 1 millón para 2026, destinado a remodelaciones internas, y busca atraer público a los restaurantes de sus hoteles.
En 2015, la cadena -cuyo accionista mayoritario es Inversiones Carenpa, ligada a la familia Gutiérrez Gianoli, también vinculada a Molymet- desembarcó en la capital con dos nuevas ubicaciones, una en el Barrio Lastarria y otra en Vitacura, esta última transformada recientemente en un DoubleTree by Hilton bajo un modelo de franquicia.
El crecimiento, sin embargo, se vio interrumpido por el estallido social y la pandemia, períodos que golpearon duramente a toda la industria hotelera y dejaron sus indicadores en mínimos históricos.
A seis años de ese escenario, el gerente general de Hoteles Cumbres, Gastón Fernández, afirmó que la compañía logró dar vuelta la página. “En 2022 volvimos a tener utilidades y hoy el nivel de ocupación promedio entre nuestros hoteles alcanza el 72%, mejor que los números prepandemia”, señaló el ejecutivo, destacando que el recinto de San Pedro es el de menor ocupación dentro del grupo.
En paralelo, a comienzos de este año, la cadena concretó la venta de su emblemático hotel en Puerto Varas, que pasó a manos de la alianza hotelera Wyndham–Pettra, tras recibir una oferta que “simplemente no pudieron rechazar”. Pese a ello, el grupo mantiene la mirada en la expansión.
“Necesitamos operar más hoteles, tener más habitaciones en nuestro portafolio. Este negocio es muy competitivo, si tienes poco que ofrecer, tienes poca espalda. Por eso estamos mirando nuevas oportunidades”, dijo Fernández.

Gastón Fernández, gerente general Hoteles Cumbres.
Lo que viene
Actualmente, Hoteles Cumbres administra alrededor de 360 habitaciones en tres recintos, pero su objetivo es sumar 200 más en los próximos dos años mediante la operación de tres nuevos inmuebles.
Esta vez, eso sí, el plan no pasa por construir ni adquirir nuevos hoteles, sino por adjudicarse la operación de recintos existentes.
“Operar es más sencillo y rentable. Si uno compra o levanta un hotel, requiere una gran espalda financiera. Hoy necesitamos crecer, pero la forma más práctica es gestionar establecimientos que ya estén funcionando”, explicó el ejecutivo.
Fernández detalló que las futuras operaciones podrían concretarse bajo distintas modalidades, ya sea a través de una franquicia Hoteles Cumbres o administrando un hotel que opere bajo este mismo modelo.
Entre los destinos que la cadena quiere explorar figuran la Patagonia e Isla de Pascua. Por ahora, están en conversaciones incipientes con una firma, aunque todavía no hay acuerdos concretos.
“Estamos presentando nuestra carpeta a distintos inversionistas y propietarios de hoteles, mostrando nuestras capacidades. Esperamos que en dos años el grupo llegue a operar seis recintos”, agregó.
Además, la cadena tiene la mirada puesta fuera de Chile. Entre sus planes figura el aterrizaje en Lima, Perú, mercado que, según Fernández, ofrece un atractivo potencial.
“Lima tiene un nivel de ocupación altísimo y tarifas superiores a las nuestras. Con nuestro modelo, podríamos operar allí con ventajas muy competitivas”, afirmó.De forma paralela, la compañía está preparando un plan de inversión de US$ 1 millón para 2026, destinado a remodelaciones internas, y busca atraer público a los restaurantes de sus hoteles. También evalúa franquiciar los recintos de San Pedro y Lastarria con la marca Hilton.
Aprendizajes y nuevos desafíos
Fernández reconoce que los últimos años fueron “dolorosos” para el sector hotelero, pero también dejaron lecciones. “El futuro no está garantizado. Siempre pueden aparecer frentes inesperados”, reflexionó.
Uno de esos desafíos fue el auge de Airbnb, cuyo impacto -dijo- ya se estabilizó. Sin embargo, advirtió que podrían surgir nuevas presiones, por ejemplo, desde los multifamily, aunque estima que su efecto sería menor.
En cuanto al comportamiento del turismo internacional, señaló que el público estadounidense redujo su flujo tras las tensiones comerciales durante la administración Trump, pero que otros mercados han crecido. “El turista brasileño siempre ha sido importante, pero hoy su presencia aumentó, al igual que la de los argentinos”, detalló.
Pese a los vaivenes, el gerente general de Hoteles Cumbres se muestra optimista. “Las proyecciones son auspiciosas. Creemos que la industria seguirá creciendo en los próximos años”, concluyó.