Un sondeo elaborado por Corfo concluyó que entre 2009 y 2012, la cantidad de emprendedores que obtuvo subsidios otorgados por la entidad creció 344%, pasando de 3.461 a 11.711 beneficiados.
Estos subsidios, que el año pasado llegaron a $ 46.799 millones, fueron destinados a la creación de 200 mil nuevas empresas en los últimos tres años, dice el informe que reveló que ocho de cada diez de estas firmas, aumentó en más de 10% sus ventas anuales.
Los resultados se desprenden del análisis de cinco instrumentos orientados a apoyar este nicho, tres de los cuales fueron reformulados -Capital Semilla, Programa de Emprendimiento Local (PEL) y Proyectos Asociativos de Fomento (Profo)-, y dos lanzados en el último tiempo -Start-Up Chile, Subsidio Semilla de Asignación Flexible (SSAF)-, y cuyo foco se ha centrado en financiar ideas de negocios en sus etapas más tempranas, explica Matías Acevedo, gerente corporativo de Corfo.
“Uno de los principales problemas que tienen los emprendedores es el acceso al financiamiento en etapas tempranas, porque no tienen historia y sus proyectos son más riesgosos. Los emprendedores requerían de mayor apoyo estatal, por lo que tratamos de aumentar la cobertura para quienes tenían menos acceso a los recursos y que así tuvieran la oportunidad de avanzar”, acota.
Añade que “pueden crearse muchos empleos y existir muchas oportunidades de crecimiento en el mercado, pero sin financiamiento esa idea no se podrá llevar a cabo”.
El informe evidenció, además, que los emprendedores beneficiados entre 2009 y 2012 dieron origen a entre uno y dos nuevos puestos de trabajo al año, incremetando así el empleo en nuestro país.
“El emprendimiento es una fuente fecunda de nuevas fuentes laborales”, expresa Acevedo, quien añade que “hay una parte muy significativa de esos empleos que son creados por las empresas nuevas. De hecho, las Pymes con menos de cinco años de historia son las que crean más puestos de trabajo en Chile”, asegura el ejecutivo.
Líneas más eficientes
De acuerdo a Acevedo, la institución ha buscado hacer más eficientes las líneas de apoyo al emprendimiento, designando los fondos disponibles sólo a los mejores proyectos. Por tal razón, se simplificó el Capital Semilla, unificando en un solo programa las líneas 1 y 2, y modificando el esquema de incentivos de las incubadoras/patrocinadores; y se reformuló el PEL, con el fin de satisfacer una demanda creciente desde regiones como el Maule, Valparaíso y Coquimbo. En el caso de Profo, en tanto, se redujo el número mínimo de beneficiarios (de cinco a tres), y de tres a dos las etapas de desarrollo del programa.
“Hoy tenemos menos instrumentos que antes, pero más focalizados y con mayor impacto. Antes teníamos mucha demanda, pero no había gran calidad en las propuestas. Por eso, la idea es financiar con los mismos recursos, las mejores ideas”, sostiene Acevedo.
Al respecto, destaca la creación del programa “Etapa 0”, lanzado en 2012 por la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech), con apoyo de la entidad estatal, y que busca capacitar y orientar a emprendedores que están iniciando sus empresas, en la creación de modelos de negocios y la postulación a fondos concursables.
“Este tipo de instrumentos favorecen el emprendimiento y otorgan además nuevas herramientas de capacitación y formación de capital humano, generando un aumento importante en los resultados de las empresas”, afirma Acevedo, quien estima que las postulaciones a los programas que respaldan la actividad emprendedora crecerán entre 10% y 15% en 2013.
En la misma línea, Corfo también disminuyó de un 35% a un 5% la cantidad de subsidios totales que se asigna a grandes compañías.
“Esto, para poner el foco en aquellas pequeñas y medianas empresas (Pymes), que finalmente son las que más necesitan nuestro apoyo”, concluye.
