A cuatro días de que el polaco Maciej Sciazko asumiera como presidente ejecutivo de Caserones, le tocó vivir la primera manifestación de trabajadores en la faena ubicada a 4.600 metros de altura en la Región de Atacama. Pero el motivo no fue una discusión por bonos o diferencias en las metas de producción, sino que algo mucho más doméstico: la comida del casino.
La semana pasada personal de la empresa se manifestó pacíficamente al momento de la cena, haciendo ruido con los cubiertos, platos y vasos, mostrando su enojo a la modificación que tuvo la alimentación entregada al personal.
La primera batalla por el retiro de la colación fría entregada históricamente y que, según cuentan dirigentes sindicales, llegó hasta la justicia, acción que impulsó a la empresa a reponerla.
El presidente del sindicato de trabajadores de planta de Caserones, José Zambra, dijo que la manifestación fue producto de la “precarización alimenticia” en la faena. Especifica que bajó la calidad de las comidas en el casino, como también la cantidad y la calidad.
Pero, agregó, que esta también es una demostración de la unión de los trabajadores en estos y otros temas para la nueva administración de la compañía, dirigida por el recién llegado Sciazko.
La minera está viviendo un proceso de optimización para reducir sus pérdidas. Para ello, cuenta con la asesoría de McKinsey, la que llegó hace algunos meses a la faena y están aplicando un programa denominado RTS (Recovery Transformation System) que se enfoca no sólo en temas de personal, sino que en aspectos operativos y financieros.