Ya es más que evidente. Y hoy quedó absolutamente demostrado: la familia Müller quiere tener un director en el consejo del grupo Falabella. En su afán, el clan concretó -durante la mañana de hoy jueves- una nueva compra de acciones del conglomerado, equivalente al 0,33% del retailer, en nada despreciables US$ 52 millones. Con esta nueva operación, la familia alcanzó el 5,83% del holding, paquete que actualmente tiene un valor en bolsa de US$ 915 millones.
Con esta nueva operación (trascendió que vendió un institucional), el clan se acerca a asegurar un director en Falabella, compañía ligada a las familia Solari, Del Río y Cúneo.
El 1 de julio pasado, y tras 22 años de vigencia, las siete familias que aglutinaban cerca del 66% de la propiedad del gigante del retail (los Solari Donaggio, Karlezi Solari, Cortés Solari, Heller Solari, Cúneo Solari, Cardone Solari y Del Río), dieron por terminado el pacto de accionistas que gobernó la empresa desde 2003.
Falabella se ha recuperado tras su caída en medio de la pandemia y ya acumula varios trimestres con muy buenos resultados. Incluso, estaría próxima a recuperar su grado de inversión.
No obstante, los socios habrían decidido no renovar el pacto ya que tienen miradas distintas sobre el futuro de la compañía, por lo que no se justifica un acuerdo de actuación conjunta en las formas de votar en el directorio.
Por su parte, el clan Müller (cuyas caras visibles son el empresario Tomás Müller Sproat y uno de sus hijos y mano derecha en los negocios, Tomás Müller Benoit) se ha desprendido de acciones de Mallplaza y, a la inversa, ha subido su participación en Falabella, que es la sociedad controladora de los malls.
En junio del año pasado, la familia Solari Heller (que agrupa sus negocios bajo la sociedad Bethia) sacó a remate el 1,5% de la compañía, y el comprador fue Müller. Desde ahí se empezó a especular que este clan buscaría adquirir más títulos para sumarse al directorio de Falabella. Y así ha sido. Lo más llamativo ha sido que Tomás Müller ha mantenido un total hermetismo desde que comenzara con su poder comprador.
El empresario lidera la boutique financiera Altis, que se ha hecho reconocida por administrar el patrimonio de familias de alto patrimonio. Además, fue uno de los cuatro bancos de inversión que gestionaron el fideicomiso del exPresidente Sebastián Piñera en su segundo paso por La Moneda.
Hasta hace poco, la familia había comunicado sus compras de acciones de Falabella, pero ya no tiene la obligación legal de seguir informando estas adquisiciones, dado que Tomás Müller Benoit salió en abril del directorio de Mallplaza. O sea, ya no es director, no es accionista con más del 10%, y no es parte de un pacto controlador, no reuniendo los requisitos normativos. De hecho, se perfila que Müller Benoit sea el candidato para la mesa de Falabella en la siguiente elección.
En su objetivo de alcanzar un sillón en el directorio del retailer, el clan podría aliarse con sus socios históricos en Mall Plaza, la familia Fürst, que también han vendido acciones de la operadora de centros comerciales y adquirido papeles de Falabella. De hecho, tras sucesivas adquisiciones, ya manejan el 2,49% del retailer.
Así, los Müller y los Fürst manejan el 8,32% del conglomerado.
Se estima que para elegir un director en Falabella se debe tener al menos el 8,5% de las acciones, lo que equivale a US$ 1.333 millones hoy por hoy, considerando la fuerte alza que han tenido los papeles del retailer en el último tiempo: solo este año acumulan una rentabilidad de 73%, con una acción cotizándose en los $ 5.912.
De hecho, se estima que la recuperación en el precio de las acciones de la compañía ha impulsado el apetito por el control. La capitalización bursátil del grupo llegó hasta los US$ 24 mil millones en 2018; bajó a apenas US$ 5.244 millones a principios de 2020, y hoy está en los US$ 15.684 millones.